Bach, polifonía, pesca, existencialismo... y Lars von Trier

En la introducción de Funny games, una familia adinerada regresa a casa entre arboledas verdes y ópera hasta que la armonía se quiebra y la música cambia para avisarnos de que todo se tornará en una pesadilla. En Nymphomaniac también sucede algo así. No existe ópera o música clásica, solo los sonidos rutinarios y habituales de un barrio. Sin embargo, estos simples ruidos desaparecen, al igual que en el juego musical del filme de Haneke, para dar paso, ahora, a Rammstein, aquí es cuando entramos en una atmósfera de dilemas, dudas y descubrimiento en la que el espectador no quedara diferente.

Joe tiene una adicción, y sus efectos destructivos no son tan a nivel físico como ocurriría en otras adicciones, y si más a nivel psicológico y existencial. Pienso que a partir de cierto momento Joe ya no pretende cambiar su condición de ninfómana y si dar más un giro ideológico para aceptar su condición nihilista que la adicción al sexo le provoca.

Nymphomaniac, es sin dudas, la mas cuidada y pulida de la trilogía de la depresión de Lars, llena de metáforas, simbologias que llevan al film a un sitio mucho mas profundo.

La mala propaganda, hizo que esta película sea pensada por el publico general como una película erótica o porno y nada mas, pero no lo es.
La estética visual de este film, como es habitual de Lars en esta ultima trilogía, está muy cuidada, con una iluminación baja, nieve y una habitación muy nostálgica.