Lo cierto es que el guión de la película, que es el leitmotiv de la misma, irónicamente es lo que menos me ha importado. Excepto al final, en el que se intenta dar un cierto nivel de coherencia al asunto (y por cierto, no se consigue), lo de menos es lo que está pasando, y lo que más, cómo está pasando.
Veamos, en primer lugar, lo que me ha atraído de la película son sus diálogos, divertidos. En segundo, el histrionismo, que al final los actores consiguen, o vete tú a saber si es planificado, contener. Y en tercer lugar, me han encantado las parodias a Star Wars, Star Trek, o incluso yo diría que a Guía del Autoestopista Galáctico.
Toda la película es un despropósito, un auténtico cuasi caos, pero insisto en que yo me lo he pasado en grande, y más de una vez me he carcajeado a gusto. Los efectos especiales son cutres, y las caracterizaciones son de juzgado de guardia, pero es que eso a mí me ha importado muy poco. Lo que hace gracia, o al menos a mí me ha pasado, es ver la cantidad de humor absurdo por minuto, el desparpajo de los actores y, sobre todo, que no te venden en ningún momento nada que no se vea.
La parodias son muy divertidas, y con los medios de los que disponían han sido incluso capaces de crear en momentos determinados ambientes adecuados a la acción, y una realización eficaz. En otros, sencillamente el presupuesto no daba para más, pero en general lo han sabido combinar, lo que no es fácil.
En fin, yo la recomiendo sin pretensiones, y sobre todo, sin prejuícios. En todo caso, el que busque un tipo de cine concreto, centrado en el guión y en el argumento, y con actuaciones dramáticas, mejor que mire otra cosa.