Peli de disfrute máximo. La historia nos traslada a la Inglaterra medieval, donde Ash Williams llega a través de un portal para enfrentarse a un ejército de muertos vivientes. Sam Raimi, quien no es de mis directores más valorados, aquí mezcla de buena forma la comedia con leves dosis de terror. El espectáculo gira totalmente en torno al protagonista, que no deja de lucirse con sus 2 armas, una escopeta y una motosierra. La cinta cuenta con un humor que se hace divertidísimo desde el principio. Los tacos aunque no son muy frecuentes aquí ( sí los insultos), siempre sacan alguna que otra risa para el recuerdo. Los 20 minutos finales ofrecen un clímax lleno de acción, risas y romance. Las bandas sonoras que resuenan a lo largo del filme son muy pegadizas y captan la esencia de la temática de este. Bruce Campbell es la leche, la hostia. Por muchos años que pasen siempre será Ash Williams. Hay actores que se quedan con los personajes que interpretan, pues este es uno de esos casos. No he visto ( todavía) las 2 partes anteriores a esta. Desconozco si dichas películas son tan entretenidas como esta, pero si se acercan ya se pueden dar con un canto en los dientes.