Esta es una película que realmente está en la antípodas de los thrillers comunes y corrientes, si bien toca un temna visto hasta al hartazgo, el novel director Jan Brugge, le dá a su film una lentitud y una parsimonia, que resultan tna buenas como malas.
Queda claro que la rutina no es algo que le guste al director y es por eso que se concentró en darle una resignificación a la construcción psicológica de los personjes y en darle una excesiva, en muchos tramos, importancia al diálogo y los discursos de vida que suenan a veces prefabricados y saturadores.
Aún así, no se puede catalogar a la peli de mal ni de inconsistente, sino de reiterativa y poco emocionante en muchos tramos, si su director se hubiera aferrado a esa emoción casi ausente, su film hubiera sido más llevadero y estructurado, ya que hay escenas y lineas de diálogos que parecen hechos en diferentes escenarios, lo que le quita dinamismo.
En rubros técnicos es muy solvente, la fotografía y la música estan bien y el casting fue realmente acertado: arrancando con un Robert Redford soberbio y sumamente convicente y siguiendo con el secuestrador de Willem Dafoe parece en momentos desorientado, pero Dafoe tiene una capacidad actoral que llega a ser creible y emocionante a su papel. Cabe decir que el film no sería lo que es sin el aporte de la inconmensurable Helen Mirren, que con su Elaine irradia el profesionalismo y la altivez necesaria, para vibrar y hacer correr emoción en su angustiante personaje. Es una de las mejores actrices del momento y se debe verla más en pantalla.
Para ver algo diferente en materia thriller, algo más pausado, pero efectivo al fin.