Estamos en los 80 y a alguien se le ocurrió reciclar la enérgica canción Eye of the tiger de Survivor para Rocky 3 (1982) y hacer toda una película con ese mismo título.

Un grupo de reos se alista vistosamente para salir de prisión y entre ellos el personaje de Gary Busey como protagonista. Como ya se vio con otros ex convictos de la pantalla, estuvo encarcelado por un crimen que no cometió y volverá a su pueblo donde tendrá que arreglar asuntos que arrastra de su pasado.

Hay un grupo de delincuentes en motos que aterroriza al pueblo y una autoridad corrupta que se interpondrán frecuentemente en su camino sin que nadie se los pida. Básicamente, porque son malvados. Se producirá una muerte y luego una cosa llevará a la otra y se desatará una escalada violenta de proporciones.

Busey solía ser un buen secundario, pero como protagonista no da la talla en este papel, aunque es dudoso que alguien más hubiera podido hacerlo mejor, tomando en cuenta las debilidades de la película. El recordado Yaphet Kotto interpreta al único amigo del protagonista, que no termina de decidirse a ayudarlo revelándose contra la autoridad. Además, encuentra inspiración escuchando siempre la misma canción, nada menos que de James Brown.

La película es frontal, pero insípida. Los delincuentes en motocicletas son de cliché. También algunas frases que se utiliza en los enfrentamientos. Tal como sucedía con frecuencia en la serie Brigada A (The A-Team), en cierto momento nuestro héroe solitario iguala el poder destructivo de sus muchos enemigos con la simple adquisición de un vehículo tuneado con algunas chucherías tecnológicas.

Es como ver un capítulo largo de la noventera serie Walker, el ranger de Texas, incluso por las locaciones en el estado del mismo nombre, con carreteras, paisajes rurales y la aparición esporádica de la bandera texana. La diferencia está en alguna que otra escena muy sangrienta que en Walker difícilmente podría encontrarse.

También podría verse como una producción de las que hacía en la misma época la Cannon Films, pero sin la frescura ni la naturalidad de ésta.