Parte de la misma premisa que una película del año anterior, "Seres extraños", en la que también podíamos ver a un pibón de muy buen ver -y mejor palpar- que sigue una dieta poco aconsejable (y, en este caso, con un cuerpo de infarto pero la cara aún más), aunque sin el surrealismo extraño de la peli oriental, pero también con una notoria ausencia de argumento.
Las interpretaciones son bastante casposas (en especial el que hace de compañero del prota, que menos mal sale poco), el guión se podría copiar en letra gótica sobre el canto de un palillo, y de miedo nada de nada. Si acaso, alguna escena estomagante de aquellas que hace treinta años hubieran hecho potar al respetable, pero que hoy en día no te hacen sino intentar comprobar de que calidad es el latex empleado.
Llena de situaciones inverosímiles, sin ningún tipo de lógica y carente de interés, lo único salvable es el cuerpazo de la prota y su corta duración.

Por cierto: nótese que he escrito "pibón" y "surrealismo", y no "pivón" ni "subrealismo" como ya he tenido que leer en esta web infinidad de veces, y que hace incluso daño a la vista. Igual que es aconsejable leer las críticas ajenas antes de accionar alegremente el "NO", también es muy sensato releer lo que uno escribe antes de darle al "ENVIAR".