Un dos por uno, vemos una película y vemos 2 historias, la del padre y la del hijo, las 2 parecidas y a la vez opuestas, los 2 se enfrentan a desafios y cada uno reacciona de una manera diferente. Michael se convierte en un ser amoral, frio e impasible y Vito actúa según su codigo de honor y su moralidad. Uno surge de la nada y el otro lo tiene todo heredado, los dos tienen un gran poder pero cada uno lo usa de una manera muy diferente y así acaba cada uno, uno creando una familia y el otro destruyendola.
Continuación y a la vez precuela, esta segunda parte continúa y engrandece el mito. Por una parte perdemos al inmenso Brando pero ahí esta De Niro para substituirlo de una forma mas que solvente. Nos falta James Caan y su carismático Sonny pero en su lugar el personaje de Fredo crece se agiganta y nos ofrece una auténtica tragedia griega con escenas memorables. Ya no están todos los capos mafiosos conspirando contra los Corleone pero en su lugar hay una auténtica víbora de los negocios, ese Roth que parece que no quiere morir nunca y perpetuarse en el poder.
Podría uno estar divagando horas sobre las 1000 lecturas diferentes que ofrece este puzle lleno de historias, personajes memorables y lecciones de dirección, pero claro estamos ante la mejor secuela de la historia del cine... que no es poco.