La primera parte la veo como el descubrimiento de las claves de la vida por parte de la niña (la muerte, la sexualidad - ajena y propia - el paso del tiempo dibujado en ese reloj robado al abuelo, la infancia de la que huye pero aun le persigue, con sus miedos y fantasmas infundados...)
En la segunda, con una carga erótica abrumadora, el descubrimiento de su propio cuerpo mediante un duelo monumental con la madre (el recorrido desde la casa hasta el pueblo es para levantar(sela) a un muerto), de la que se cree ganadora hasta que la ponen en su sitio de la forma que solo una madre sabe hacerlo y me ha recordado mucho a un suceso con una vecina mía hace tiempo [anécdota 'Abuelo cebolleta' mode: on] A una vecina mía, de un verano a otro, le salieron dos bultos bastante generosos entre el ombligo y la barbilla; estaba en la calle con un bañador y un short por toda vestimenta con cara de estar orgullosa exhibiendo (sin enseñar nada, que conste) lo que la naturaleza le había dado; al verla lo primero que pensé es que alguien tenía todos los números para ganarse una bronca del 3000 (la niña estaría entre los 11/12 años). Ese mismo día, mas tarde la volví a ver con una camiseta holgada y una cara de haber estado llorando un buen rato. No me había equivocado respecto a la bronca.
En la tercera quiere poner en practica lo que supuestamente ya puede, pero vuelven a aflorar los miedos; es mayor el deseo que la propia disposición a consumar. Si, encima, confunde por las apariencias a quien va a devolverle lo olvidado durante una fantasía, le va la fiesta SM (presente ya desde los cristales en al rodilla del primer capitulo) y el entorno en el que se encuentra no es el mas tranquilizador posible, el desenlace no podía ser otro.