Mi primer recuerdo de una película proyectada en una sala de cine es un filme de Naschy, en el que aparecía el Hombre Lobo y Drácula. Era un programa doble y de la otra ni me acuerdo. Eran los 70, la época de la eclosión de aquel cine fantástico español, nunca bien ponderado, un auténtico "marca España", despreciado por crítica, que no por público, y que conseguía burlar a medias a la censura franquista, con escenas subiditas de tono y que críticaba a los poderes civiles y religiosos. Y destacando sobre todos ellos estaba el líder de este género en España, Paul Naschy.

Este documental, una clara biografía autorizada, un homenaje, en la que participan los miembros de su familia, nos muestra, de manera apabullante, el prestigio el que gozaba Naschy allende nuestras fronteras. Es un icono del cine fantástico, de un tipo de cine con maquillaje, artesanal, hemoglobínico, muy alejado del actual cine de efectos digitales y casquería variada. Muestra de ello son las intervenciones de reconocidos directores del fantástico como Mick Garris, John Landis o Joe Dante. Emociona ver el respeto y la admiración con la que hablan de Jacinto Molina, alias Paul Naschy. El respeto de la industria cinematográfica.

Biografía lineal y devota, quizás echo en falta una mayor descripción a sus obras fílmicas (a "Los Cántabros" ni la mencionan), o a datos sobre el impacto de sus obras en el extranjero; sin embargo, el tramo final, con el reconocimiento nacional e internacional, su presencia en Convenciones y Eventos sobre el género, es quizás lo más intenso del filme, al ver al hombre de cine que fue Molina, emocionado ante la admiración de su obra.

Hacer cine fantástico en España, en aquella época, era nadar contracorriente, pero contra un tsunami. Y Naschy salió victorioso. Como dice uno de los entrevistados, Mayans, su vida la rigió la filosofía del levantador de pesas que fue: a un mayor reto, mayor esfuerzo para levantarlo.

Bello documental. Vale la pena verlo.