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Spain Spain · Rivas-Vaciamadrid
Quinto Sertorio rating:
9
Western. Comedy Spaghetti-Western star Terence Hill achieved international fame with 1974's My Name Is Nobody. A soldier of fortune, Nobody (Hill) is hired to gun down veteran outlaw Jack Beauregard (Henry Fonda). Before long, however, Nobody and Beauregard are bosom companions. When Beauregard announces his retirement, Nobody insists that the old man go out in one last, glorious shooting spree and tries to arrange for this to happen. The film was cut ... [+]
Language of the review:
  • es
April 21, 2012
5 of 5 users found this review helpful
"Mi nombre es ninguno" fue uno de los dos westerns que produjo Leone pero no dirigió. Aunque aquí tuvo más mano que la simple producción. Es un spaguetti-western crepuscular, si puede existir algo así, con un elaborado guión y una magnífica dirección de actores. Terence Hill brilla y da réplica a un fantástico Henry Fonda, indemnizado aquí como bueno tras el mítico Frank, malvado donde los haya, de "Hasta que llegó su hora".

La película tuvo mala suerte. Como dice Carlos Aguilar en su libro sobre Leone, habia tal saturación de bodrios infectos (spaguettis y gazpachos-westerns) que el público le dió la espalda y pasó desapercibida. Sin embargo tiene los mimbres de las películas de Leone, la elegancia en los movimientos de cámara y encuadres, la cuidada ambientación, los magníficos diálogos, la música de Morricone, personalizada para cada personaje, las extravagancias como la feria en el Oeste ¡bailando unas jotas!... . La escena del tiroteo en la sala de los espejos es antológica y un homenaje a la Dama de Shangai, aunque su final a bofetones lo estropea algo. Vuelve a no existir el personaje femenino, ya que es una película de hombres de verdad, de muerte, no de creación de vida, aunque si que hay esperanza...

Se advierten algunos chistes italianos que quizá desmerecen la obra: cámaras aceleradas, bofetones, escatológía y bromas con los órganos sexuales, como la escena que cierra la película que desmerece a la misma. Ello se repetiría en las películas chistosas de Trinidad. La música de Morricone brilla en algunos temas, pero en otros parece autoplagiarse, como en la música que acompaña a los duelos, muy parecida a su obra cúlmen "Hasta que llegó su hora".

Esta película la vi en una sesión doble en un cine de barrio. No me acuerdo cuál era la otra. Me gustó. Aunque extraña ,es un digno producto que merecía mejor suerte.
Quinto Sertorio
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