Espantapájaros. Siempre han tenido ese mal rollo si te los encuentras por ahí, mientras deambulas por el campo. Es una señal de vida de alguien que no ves- y que puede acecharte- en un entorno agrícola. Usan ropas viejas y su forma humana a menudo es grotesca, un remedo de ser humano, como lo puede ser un zombie o recordar a un cadáver.

Este film, con un guión con un buen argumento pero un desarrollo delirante y algo chapucero, explota este miedo primordial. De noche y en una extraña plantación, unos militares que han perpetrado un robo irán muriendo, uno a uno, frente a unos extraños seres, una mezcla extraña entre asesinos y entidades paranormales, sin demasiada explicación. Tampoco hace falta. Estos militares protagonistas, completamente tópicos, cometerán todos esos errores inexplicables que nos tienen acostumbrados en estos filmes: no vayas por ahí solo, levanta la mirada, no te agaches a recoger el dinero, no des la espalda a la puerta, no cojas eso, no vayas a buscar a tu perro, no dejes el arma fuera de tu alcance, cierra esa puerta ... todo lo que pueden hacer mal los protagonistas lo hacen, en un festival de estupidez humana tan propia de este género, para delectación de los espectadores.

Aún y así, el filme tarda en arrancar, y aunque tiene gore, está bastante comedido. Otro fallo es que apenas vemos a los monstruos asesinos, por lo que no pasarán al acervo cultural de este tipo de filmes, como sí pasó con Jason de Viernes 13 o la entidad de Jeepers Creepers, No hay manera de recordar que aspecto tienen estos espantapájaros asesinos, por mucho que nos ofrezcan la imagen de varios de ellos, aunque éstos no se mueven. Otros filmes más recientes han utilizado a los espantapájaros como "Husk", que goza de una mejor -aunque también paranormal- historia.

Filme barato, de actores poco conocidos, con una historia propia del género, aceptablemente dirigida y adecuada para ver en una noche de insomnio.