Para quien no viviese aquellos años, cuando España aún no había entrado en el "Mercado Común europeo" (luego pasó a llamarse de manera rimbombante "Unión Europea") los transportes de frutas y verduras en camiones solían ser pasto de iracundos campesinos franceses que atacaban a los mismos, les desparramaban la carga y, en el peor de los casos, les quemaban el vehículo. Fraternidad francesa.

José Antonio de la Loma vió en estos incidentes un punto de partida para proponer una historia de venganzas al más puro estilo de los justicieros callejeros que tan en boga estaban en los setenta, con los filmes protagonizados por Bronson, Ginty y un largo etcétera. No en vano de la Loma, creador del "cine quinqui", fue también pionero en el cine español, junto a Antonio Isasi-Isasmendi, en rodar coproducciones con Méjico en las que participaban actores estadounidenses venidos a menos o televisivos (George Peppard, John Saxon, Chuck Connors, etc). "Goma-2" es un de estos filmes. Cuenta con un reparto internacional variopinto, con los bregados Van Cleef y Jaeckel, con secundarios de spaguettis (Sambrell, Braña), con la estrella mejicana Jorge Rivero (¡que mata de pelo!), con Margaux Hemingway (tristemente fallecida a los 42 años) y con el televisivo Willie Aames (de la popular serie "Con ocho basta").
La película tiene un aspecto feísta, con una ambientación setentera, quizás demasiado realista, en unas habitaciones de hotel en las que casi no caben los protagonistas, con un argumento cargado de tópicos, escenas de acción torpemente dirigidas para lo que se ve hoy en día y mal resueltas, y, aunque se le nota la falta de medios, tiene un reguero de explosiones que hacen honor al título.

Y esos títulos de letraset en los que las letras ni siquiera están en la misma línea son impagables...

Película de su tiempo, se ha de ver con cierta prevención y una cierta tolerancia a un producto europeo que pretende imitar, o parecerse, a un producto estadounidense de serie B.