Entre la realidad antagónica y la libertad de imaginar se entrelaza la ficción para hacer una reverencia a la complejidad del ser humano "roto. Todos tenemos una vida secreta y Franco llega a la metástasis del amor entre padre e hija empapado por ilusiones y fantasias utilizadas para sobrevivir.
La muerte que a diario nos irrita, nos limita y nos desencanta es el motor que desarrolla y refleja la decadencia en los personajes consecuente a los largos silencios por la ausencia de reciprocidad con el otro.
Michel Franco muestra rigor absoluto en cada plano, la poesía se escribe en los ojos y oídos del espectador manifestado por las influencias de un realismo impecable; igual que un recién nacido "Después de Lucía" se desenvuelve de principio a fin como un pájaro dentro de una jaula queriendo ser libre. La falta de confianza en los personajes y una dosis de ansiedad generada por la incertidumbre del tiempo porvenir, de crecer como individuo y responder a las demandas de una sociedad "fría" forman un efecto acción- reacción que se reproduce a 24 cuadros por segundo en este film sobrio, hondo como el mar que cobra gran importancia en las vidas de los personajes.


Ministra Encinta