Se traga nuestra sangre y devora nuestros cuerpos. El obeso cuerpo de Winston Churchill es la perfecta metáfora.
La ambivalencia de la vida se manifiesta descarnadamente en las decisiones de los poderosos.
Liviandad a la hora de mandar a la muerte miles y días de agonía antes de decidir si firmar o NO un papel.
¿Por qué unas cosas pesan más que otras?
¿Qué motiva las decisiones? ¿Qué hace que unas sean más fáciles que otras?
Acá NO están las respuestas a estas preguntas, pero sí hay indicios.
Advertencia: Esta película será mejor entendida si ya se conoce la biografía del personaje. Sólo así se podrán entender varios detalles en las relaciones de los personajes, los diálogos y pequeños chistes en segundo plano, que sólo podrán ser disfrutados con ese conocimiento.
La cinta Sobrevalora algunos aspectos e infravalora otros, por lo que resulta estridente la interpretación de Oldman.
Prefiero la interpretación de Ian Mune en el infravalorado telefilm "Ike, el desembarco en Normandía".