Average rating
6.9
Ratings
85
Reviews
23
Lists
0
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
- Social Networks
-
Share his/her profile
CourierNew12 rating:
6
6.2
19,242
Drama
The project is based on the non-fiction book by Stephen Rebello that tracks how Hitchcock, at the height of his game as a director, decided to make a "lowly" horror movie. No studio wanted to touch it initially, so Hitchcock scrounged for financing by himself. The movie, of course, became one of his biggest hits and one of the most influential of all time.
Language of the review:
- es
February 12, 2013
4 of 4 users found this review helpful
‘Hitchcock’ muestra al maestro del suspense y su relación con su esposa durante el rodaje de su obra maestra ‘Psicosis’. De hecho, adapta libremente el libro 'Alfred Hitchcock and the making of Psicho', de Stephen Rebello. La adaptación corre a cargo de John McLaughlin, coguionista de ‘Cisne Negro’.
El film nos muestra a un Hitchcock en la cima de su carrera (la película empieza en 1959, en el estreno de 'Con la muerte en los talones'), pero con la sensación de haberse dejado encasillar. Por eso tiene la férrea voluntad de reinventarse a sí mismo y por ello se empeña en adaptar, para sorpresa de todos, el escabroso libro de Robert Bloch 'Psycho', inspirado en el mítico asesino Ed Gein (semilla, pues, de Norman Bates, aquí interpretado por un muy parecido James D'Arcy). O sea, estamos ante la adaptación cinematográfica de un libro sobre la adaptación al cine de otro libro, inspirado a su vez en un personaje real que sirvió de inspiración para géneros como el de los asesinos en serie o el slasher (por ejemplo, "La matanza de Texas", Tobe Hooper, 1974). Toma retruécano.
El actor elegido para dar vida a Hitchcock es otro peso pesado británico como Anthony Hopkins. Como Day-Lewis en ‘Lincoln’, Hopkins se funde con Hitchcock hasta desaparecer bajo el aparatoso maquillaje (nominado al Oscar, junto con el vestuario). Hopkins recrea magistralmente la figura (su silueta, su típica pose), pero el parecido no es excesivo, y más bien da la sensación de que estamos ante una caracterización paródica a lo 'Polonia'.
El film nos muestra a un Hitchcock en la cima de su carrera (la película empieza en 1959, en el estreno de 'Con la muerte en los talones'), pero con la sensación de haberse dejado encasillar. Por eso tiene la férrea voluntad de reinventarse a sí mismo y por ello se empeña en adaptar, para sorpresa de todos, el escabroso libro de Robert Bloch 'Psycho', inspirado en el mítico asesino Ed Gein (semilla, pues, de Norman Bates, aquí interpretado por un muy parecido James D'Arcy). O sea, estamos ante la adaptación cinematográfica de un libro sobre la adaptación al cine de otro libro, inspirado a su vez en un personaje real que sirvió de inspiración para géneros como el de los asesinos en serie o el slasher (por ejemplo, "La matanza de Texas", Tobe Hooper, 1974). Toma retruécano.
El actor elegido para dar vida a Hitchcock es otro peso pesado británico como Anthony Hopkins. Como Day-Lewis en ‘Lincoln’, Hopkins se funde con Hitchcock hasta desaparecer bajo el aparatoso maquillaje (nominado al Oscar, junto con el vestuario). Hopkins recrea magistralmente la figura (su silueta, su típica pose), pero el parecido no es excesivo, y más bien da la sensación de que estamos ante una caracterización paródica a lo 'Polonia'.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
View all
Spoiler:
Igualmente esperada era la presencia de la diva Scarlett Johansson para interpretar a Janet Leigh, aunque cabe decir que su personaje es secundario, apenas tiene un peso específico en la historia, y el film más bien muestra su buena relación con Hitchcock durante el rodaje, a pesar de la tendencia del director a controlar a sus actrices principales.
Además de centrarse en el rodaje de ‘Psicosis’, ‘Hitchcock’ aporta nuevos ángulos a la conocida leyenda del maestro del suspense, al rendir homenaje a su esposa Alma Reville (Helen Mirren como casi siempre, espléndida), la gran mujer tras el gran hombre. Otro enfoque tan libre como curioso es el paralelismo entre el mismo Ed Gein y Hitchcock, mediante unas visiones que el director sufre debido a su obsesión con la historia y el estrés causado por el rodaje. Las visiones, y su inestabilidad emocional se agravan debido a las dificultades del rodaje (o las imposiciones de la censura), pero sobre todo por sus sospechas de un supuesto affair de su esposa con Whitfield Cook (Danny Huston), guionista de ‘Alarma en el expreso', descrito aquí como un mujeriego sin demasiado talento.
Sin embargo, Gervasi no hace una introspección profunda en la mente del genio o en el proceso creativo de ‘Psicosis’, ni un ejercicio de fetichismo alrededor del icónico film de 1960 (apenas vemos la mansión, por ejemplo). Aunque también se dejan caer algunas perlas, como cuando Leigh / Johansson se refiere a Hitchcock como “adorable, comparado con Orson Welles” (que la dirigió en “Sed de mal”), cuando se insinua la (conveniente, para su personaje) homosexualidad de Anthony Perkins, o cuando muestra la tirante relación de Hitchcock con Vera Miles (Jessica Biel).
A pesar de la solemnidad de su figura central, Gervasi ha preferido centrarse en su perfil más guasón y popular, como demuestran los discursos de introducción y cierre de 'Hitch', en clara alusión a la serie televisiva 'Alfred Hitchcock presents...' (1955 -62). ‘Hitchcock’ es más bien una comedia de buen ritmo, ligera y entretenida, con una puesta en escena juguetona, con cierto aire de pequeña película, que tiene más de interpretación dramatizada y provocadora (la licencia que se toma para recrear la mítica escena de la ducha, Hitchcock espiando a Vera Miles por el mismo agujero que Norman Bates espía a Marion) que de sobria biografía.
A pesar de ser muy disfrutable, la (icónica) sombra de Hitchcock es inevitablemente mucho más grande que este film, y habrá quien piense que el maestro del suspense merecía un acercamiento más arriesgado y menos superficial.
Además de centrarse en el rodaje de ‘Psicosis’, ‘Hitchcock’ aporta nuevos ángulos a la conocida leyenda del maestro del suspense, al rendir homenaje a su esposa Alma Reville (Helen Mirren como casi siempre, espléndida), la gran mujer tras el gran hombre. Otro enfoque tan libre como curioso es el paralelismo entre el mismo Ed Gein y Hitchcock, mediante unas visiones que el director sufre debido a su obsesión con la historia y el estrés causado por el rodaje. Las visiones, y su inestabilidad emocional se agravan debido a las dificultades del rodaje (o las imposiciones de la censura), pero sobre todo por sus sospechas de un supuesto affair de su esposa con Whitfield Cook (Danny Huston), guionista de ‘Alarma en el expreso', descrito aquí como un mujeriego sin demasiado talento.
Sin embargo, Gervasi no hace una introspección profunda en la mente del genio o en el proceso creativo de ‘Psicosis’, ni un ejercicio de fetichismo alrededor del icónico film de 1960 (apenas vemos la mansión, por ejemplo). Aunque también se dejan caer algunas perlas, como cuando Leigh / Johansson se refiere a Hitchcock como “adorable, comparado con Orson Welles” (que la dirigió en “Sed de mal”), cuando se insinua la (conveniente, para su personaje) homosexualidad de Anthony Perkins, o cuando muestra la tirante relación de Hitchcock con Vera Miles (Jessica Biel).
A pesar de la solemnidad de su figura central, Gervasi ha preferido centrarse en su perfil más guasón y popular, como demuestran los discursos de introducción y cierre de 'Hitch', en clara alusión a la serie televisiva 'Alfred Hitchcock presents...' (1955 -62). ‘Hitchcock’ es más bien una comedia de buen ritmo, ligera y entretenida, con una puesta en escena juguetona, con cierto aire de pequeña película, que tiene más de interpretación dramatizada y provocadora (la licencia que se toma para recrear la mítica escena de la ducha, Hitchcock espiando a Vera Miles por el mismo agujero que Norman Bates espía a Marion) que de sobria biografía.
A pesar de ser muy disfrutable, la (icónica) sombra de Hitchcock es inevitablemente mucho más grande que este film, y habrá quien piense que el maestro del suspense merecía un acercamiento más arriesgado y menos superficial.