Salvaje película de cine independiente donde Joaquin Phoenix realiza un trabajo interpretativo de alto nivel, como suele hacer en casi todos los papeles. Una historia cruda, de un antihéroe que lucha contra los malos y contra si mismo. El protagonista es un profesional de la violencia, seria una buena manera de definir al personaje, una especie de Señor Lobo mal, sin el glamour de este.
La película cojea de guion, ofrece buenos estímulos visuales con unos juegos de cámaras de seguridad que suavizan la salvajada que estamos viendo y deja la brutalidad de la escena en la imaginación del espectador. Ese recurso que utiliza Lynne Ramsay es de lo mejor del film, junto con la actuación de Phoenix.
Pero como decía, el guion no es bueno, deja cabos sueltos, mezcla tramas sin mucho sentido y aunque es interesante, deja un sabor agridulce. Pero tiene varias escenas arriesgadas como la de la cocina o la del lago y por supuesto las del circuito cerrado de televisión.