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Meroe rating:
7
6.7
807
TV Series. Animation. Action. Horror. Drama. Adventure
They are called Chiropterans, ravenous creatures that can change their form, disguising themselves as human beings. Immortal creatures that feed off blood, they hide themselves among us. An organization called the Red Shield has been waging a private war to wipe them out. Now the struggle has grown. Saya Otonashi is a normal high school student who suffers from amnesia; she can't remember anything before the past year of her life. Then ... [+]
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- es
April 25, 2018
2 of 2 users found this review helpful
Hace años vi la oscura película Blood: el último vampiro, en la que una fría y brutal joven llamada Saya que trabajaba para el gobierno de los Estados Unidos se infiltraba como colegiala en una base militar a la caza de unas monstruosas criaturas bebedoras de sangre humana. La película, con una animación realmente buena y grandes dosis de violencia (especialmente para su época) no tenía mucho más, siendo una historia sin principio ni final o una parte de algo mucho más extenso. Naturalmente daba por hecho que la serie Blood + estaba directamente relacionada con la sangrienta película, siendo su precuela, secuela o quizás una versión de la misma.
Podría decir que sí hay conexión entre anime y película, podría decir que Blood+ es un shonen de peleas con una chica como protagonista, que la historia sigue a la cazavampiros en su afán por erradicar a éstos monstruos del mundo al tiempo que se enfrenta a las intrigas y maquinaciones de una sinuosa organización, y también que Saya es la clase de personaje inseguro que a pesar de poseer extraordinarios poderes su única inquietud es vivir una vida normal. Podría decir ésto y tantas cosas por el estilo, pero ninguna de ellas sería una descripción adecuada, si bien tampoco serían del todo inapropiadas. No, porque en algún momento mientras visionaba el anime mi mente describía con éstas palabras mis sensaciones, aunque éstas fueran tan cambiantes y volubles. Ahora pienso que todas éstas descripciones son en algún punto similares entre sí y que habitan en la historia sin llegar a concretarse por completo. Es cierto que todas parecen señalar las características propias de un shonen pero Blood + no entra de lleno en el territorio de las peleas. Es más comedido, elegante y por momentos elusivo.
Tampoco pretendo definir Blood +como una rareza en su género, ya que para empezar tiene una estructura lineal: tiene un inicio, un desarrollo y un final que no deja de ser abierto. No explora espacios muy diferentes de cualquier otro shonen, no es desafiante en ningún sentido. Es así pero también es cierto que es una historia llena de efectos que vienen lenta pero continuamente creando una ilusión de profundidad y movimiento; ahora se centra en la carga personal de Saya; ahora en las vidas, sueños e inquietudes de los personajes secundarios; ahora en los antagonistas; teniendo todos ellos una evolución sumamente coherente y en algunos casos sorprendente. Y mientras las historias de los personajes continúan individualmente, de cuando en cuando nos llegan retazos de información del pasado de Saya, de su familia, sus orígenes, mostrando una mitología a priori velada ¡Un telón de fondo! Tardé un poco en darme cuenta de que en realidad Blood + tiene una esencia rica, imaginativa, y ya difícil de encontrar hoy en día dada la tendencia de los animes actuales a mostrarse tan abruptamente y casi sin reservas.
En cambio Blood + es una dama, hija de una época en la que las cosas se tomaban con tranquilidad, usando el tiempo como un elemento más de la narración. Una dama nunca se apresura ni expone sus secretos inmediatamente, sino que habla a través de sutiles matices. Éste anime invita al acercamiento pero antes crea una prueba de resistencia al mostrarse como una historia de baja competencia en sus inicios; y tan solo los que sepan esperar con la mente abierta verán su precioso desarrollo, hasta el tipo de final “broche de oro” que tanto disfruto. Casi, o sin casi, es demasiado simple en sus primeros capítulos pero al rato toma un camino ascendente a través de un ritmo pausado y muy elegante, hasta mostrarse en su plenitud como la historia tan lograda que es. Por eso me ha hecho pensar en una onza de buen chocolate que se deshace lentamente en la boca. Hablemos ahora de la sangre.
Otonashi Saya es una joven sana y feliz que vive junto a su familia adoptiva -su padre y sus dos hermanos- en un pequeño pueblo costero. Asiste a clase, tiene una adorable mejor amiga, le encanta comer y es buena en los deportes hasta el punto de fantasear con competiciones a nivel olímpico. Salvo por su belleza y su jovial inocencia al principio Saya me recordó muchísimo a Makoto, la despreocupada saltadora en el tiempo de la película de Mamoru Hosoda. Y tal que el destino de Makoto el de Saya también cambia de súbito; una tarde que en su camino a casa escucha tocar el chelo a un oscuro y apuesto desconocido. A partir del momento en el que oye esa melodía algo lejano, como un recuerdo, despierta en su mente recordandole que la vida que vive no es su realidad. Pero ella sacude esos pensamientos de su cabeza. Esa misma noche al volver al instituto a recuperar unas zapatillas olvidadas Saya se encuentra con una monstruosa bestia que tras devorar el cuello de un profesor fija su vista en la aterrorizada jovenEstá atrapada, no hay sitio donde esconderse ni huir de ese animal de pesadilla imposiblemente rápido, fuerte y violento. Saya cree que va a morir. A la mañana siguiente despierta en la cama de un Hospital, confusa y hambrienta, pero aliviada al ver a su querido padre con ella. Sigue siendo la misma chica radiante y alegre de siempre que solo quiere volver a casa y seguir con su vida.Hasta que se mira en el espejo y se ve a si misma empapada en una sangre desconocida y con una mirada gélida y roja en sus ojos. No es más que una ilusión, pero entonces fragmentos de la noche pasada estallan en su cabeza: el monstruo, el misterioso músico que le tiende una katana ordenandole que pelee, un golpe que la derriba, un beso, el sabor a sangre en su boca y de pronto un deseo firme y salvaje por destruir a esa bestia infernal.Lo último que recuerda son las palabras de ese hombre que tampoco era un hombre: ¿Aún no has despertado? A partir de aquí todo se precipita para la inocente Saya que muy pronto deja de serlo. O, mejor dicho, recuerda que no lo es.
(Sigue en spoiler)
Podría decir que sí hay conexión entre anime y película, podría decir que Blood+ es un shonen de peleas con una chica como protagonista, que la historia sigue a la cazavampiros en su afán por erradicar a éstos monstruos del mundo al tiempo que se enfrenta a las intrigas y maquinaciones de una sinuosa organización, y también que Saya es la clase de personaje inseguro que a pesar de poseer extraordinarios poderes su única inquietud es vivir una vida normal. Podría decir ésto y tantas cosas por el estilo, pero ninguna de ellas sería una descripción adecuada, si bien tampoco serían del todo inapropiadas. No, porque en algún momento mientras visionaba el anime mi mente describía con éstas palabras mis sensaciones, aunque éstas fueran tan cambiantes y volubles. Ahora pienso que todas éstas descripciones son en algún punto similares entre sí y que habitan en la historia sin llegar a concretarse por completo. Es cierto que todas parecen señalar las características propias de un shonen pero Blood + no entra de lleno en el territorio de las peleas. Es más comedido, elegante y por momentos elusivo.
Tampoco pretendo definir Blood +como una rareza en su género, ya que para empezar tiene una estructura lineal: tiene un inicio, un desarrollo y un final que no deja de ser abierto. No explora espacios muy diferentes de cualquier otro shonen, no es desafiante en ningún sentido. Es así pero también es cierto que es una historia llena de efectos que vienen lenta pero continuamente creando una ilusión de profundidad y movimiento; ahora se centra en la carga personal de Saya; ahora en las vidas, sueños e inquietudes de los personajes secundarios; ahora en los antagonistas; teniendo todos ellos una evolución sumamente coherente y en algunos casos sorprendente. Y mientras las historias de los personajes continúan individualmente, de cuando en cuando nos llegan retazos de información del pasado de Saya, de su familia, sus orígenes, mostrando una mitología a priori velada ¡Un telón de fondo! Tardé un poco en darme cuenta de que en realidad Blood + tiene una esencia rica, imaginativa, y ya difícil de encontrar hoy en día dada la tendencia de los animes actuales a mostrarse tan abruptamente y casi sin reservas.
En cambio Blood + es una dama, hija de una época en la que las cosas se tomaban con tranquilidad, usando el tiempo como un elemento más de la narración. Una dama nunca se apresura ni expone sus secretos inmediatamente, sino que habla a través de sutiles matices. Éste anime invita al acercamiento pero antes crea una prueba de resistencia al mostrarse como una historia de baja competencia en sus inicios; y tan solo los que sepan esperar con la mente abierta verán su precioso desarrollo, hasta el tipo de final “broche de oro” que tanto disfruto. Casi, o sin casi, es demasiado simple en sus primeros capítulos pero al rato toma un camino ascendente a través de un ritmo pausado y muy elegante, hasta mostrarse en su plenitud como la historia tan lograda que es. Por eso me ha hecho pensar en una onza de buen chocolate que se deshace lentamente en la boca. Hablemos ahora de la sangre.
Otonashi Saya es una joven sana y feliz que vive junto a su familia adoptiva -su padre y sus dos hermanos- en un pequeño pueblo costero. Asiste a clase, tiene una adorable mejor amiga, le encanta comer y es buena en los deportes hasta el punto de fantasear con competiciones a nivel olímpico. Salvo por su belleza y su jovial inocencia al principio Saya me recordó muchísimo a Makoto, la despreocupada saltadora en el tiempo de la película de Mamoru Hosoda. Y tal que el destino de Makoto el de Saya también cambia de súbito; una tarde que en su camino a casa escucha tocar el chelo a un oscuro y apuesto desconocido. A partir del momento en el que oye esa melodía algo lejano, como un recuerdo, despierta en su mente recordandole que la vida que vive no es su realidad. Pero ella sacude esos pensamientos de su cabeza. Esa misma noche al volver al instituto a recuperar unas zapatillas olvidadas Saya se encuentra con una monstruosa bestia que tras devorar el cuello de un profesor fija su vista en la aterrorizada jovenEstá atrapada, no hay sitio donde esconderse ni huir de ese animal de pesadilla imposiblemente rápido, fuerte y violento. Saya cree que va a morir. A la mañana siguiente despierta en la cama de un Hospital, confusa y hambrienta, pero aliviada al ver a su querido padre con ella. Sigue siendo la misma chica radiante y alegre de siempre que solo quiere volver a casa y seguir con su vida.Hasta que se mira en el espejo y se ve a si misma empapada en una sangre desconocida y con una mirada gélida y roja en sus ojos. No es más que una ilusión, pero entonces fragmentos de la noche pasada estallan en su cabeza: el monstruo, el misterioso músico que le tiende una katana ordenandole que pelee, un golpe que la derriba, un beso, el sabor a sangre en su boca y de pronto un deseo firme y salvaje por destruir a esa bestia infernal.Lo último que recuerda son las palabras de ese hombre que tampoco era un hombre: ¿Aún no has despertado? A partir de aquí todo se precipita para la inocente Saya que muy pronto deja de serlo. O, mejor dicho, recuerda que no lo es.
(Sigue en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Saya descubre que ha vivido mucho tiempo como cazadora y en su afán por destruir a los Quiropteros -los monstruos chupasangre- se unió en el pasado a una organización secreta llamada Red Shield que a su vez luchan contra la serpenteante Cinc Fleches, una empresa farmacéutica multimillonaria que parece estar de algún modo implicada en las apariciones de los Quiropteros en distintas partes del mundo. Y ahora Saya, alentada por su padre (que si bien la quería como una hija era el encargado de cuidar de ella hasta que Red Shield volviera a necesitarla) consciente de que su sangre es la única arma efectiva contra los monstruos, decide unirse a Red Shield y viajar por el mundo en su misión de descubrir la verdad tras Cinc Fleches. Siendo justos lo hace para poder recordar quién es. Y es que, tal y como sabiamente le dice el taciturno Haji -el virtuoso chelista, su protector, su sirviente-, no se debe recibir tanta información abruptamente, ella sola recordará a medida que pelee contra los Quiropteros. Saya ha vivido un año con su padre y sus hermanos Kai y Riku, y si bien ha sido inmensamente feliz teniendo una vida normal tuvo que obviar el hecho de no recordar absolutamente nada de sí misma antes de ser adoptada. Ahora le ofrecen la posibilidad de descubrir su pasado y ella acepta dejándo su mundo atrás, y si bien jura que cuando todo acabe volverá a su vida normal con la gente que quiere, una voz dentro de ella le dice que ya no hay vuelta atrás. Porque alguien que no es normal no puede tener una vida normal. Incluso en su ignorancia Saya comprende que ese año de ensueño que vivió en familia no era la realidad, sino un pedazo de tiempo robado de su auténtica vida. Debe despertar.
Saya es un personaje que no me cayó especialmente bien en general, pero también es cierto que su dualidad, la evolución personal durante los primeros capítulos me produjo verdadera empatía, compensando con sus dudas vitales una trama que usaba giros tan apropiados como predecibles. Sin embargo a medida que empieza a recordar su pasado y propósito Saya pierde complejidad, al menos durante gran parte de la trama, convirtiéndose en la clase de protagonista de shonen al que solo le mueve una determinación inquebrantable, sin ver más allá. Ahora mueven ficha los personajes secundarios, dignos y muy interesantes, que se muestran como importantes elementos para estructurar la historia; pero son los antagonistas los que juegan el papel más trascendente y sublime. Cuando el brillo de Saya se desvanece “los malos” persisten y florecen como personajes con un encanto elegante y magnético, y una personalidad compleja tan atemporal que me hizo rememorar los primeros libros de Anne Ricce, los cuales leí de adolescente. Rosas y olor a pergamino. Voluptuosos vestidos y delicados perfumes de iris. Tinta negra y sangre roja. Muerte y resurrección. Sí, gracias a ellos se nos muestra una historia dentro de la historia dotando así a Blood + con un efecto de profundidad tan tangible y delicado, y tan poco común ya. Pero eso es mejor que lo descubrais vosotros.
Blood + aunque pueda definirse correctamente como un shonen tiene una impronta clásica muy sugerente y atractiva, una historia rica llena de matices culminando con un final pulido y esperanzador. Su único defecto, en mi opinión, es hacer uso de un comienzo tan abrupto y convenientemente fácil; si bien es cierto que la trama enseguida toma un ritmo pausado y elegante entregando poco a poco al espectador todas sus facetas, su intrínseca atemporalidad.
Saya es un personaje que no me cayó especialmente bien en general, pero también es cierto que su dualidad, la evolución personal durante los primeros capítulos me produjo verdadera empatía, compensando con sus dudas vitales una trama que usaba giros tan apropiados como predecibles. Sin embargo a medida que empieza a recordar su pasado y propósito Saya pierde complejidad, al menos durante gran parte de la trama, convirtiéndose en la clase de protagonista de shonen al que solo le mueve una determinación inquebrantable, sin ver más allá. Ahora mueven ficha los personajes secundarios, dignos y muy interesantes, que se muestran como importantes elementos para estructurar la historia; pero son los antagonistas los que juegan el papel más trascendente y sublime. Cuando el brillo de Saya se desvanece “los malos” persisten y florecen como personajes con un encanto elegante y magnético, y una personalidad compleja tan atemporal que me hizo rememorar los primeros libros de Anne Ricce, los cuales leí de adolescente. Rosas y olor a pergamino. Voluptuosos vestidos y delicados perfumes de iris. Tinta negra y sangre roja. Muerte y resurrección. Sí, gracias a ellos se nos muestra una historia dentro de la historia dotando así a Blood + con un efecto de profundidad tan tangible y delicado, y tan poco común ya. Pero eso es mejor que lo descubrais vosotros.
Blood + aunque pueda definirse correctamente como un shonen tiene una impronta clásica muy sugerente y atractiva, una historia rica llena de matices culminando con un final pulido y esperanzador. Su único defecto, en mi opinión, es hacer uso de un comienzo tan abrupto y convenientemente fácil; si bien es cierto que la trama enseguida toma un ritmo pausado y elegante entregando poco a poco al espectador todas sus facetas, su intrínseca atemporalidad.