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Havezethario rating:
10
7.5
129,380
Sci-Fi. Action
In the year 2029, a computer called Skynet is fighting against a human resistance, after having nearly destroyed the rest of humanity in 1997. Skynet has found a way to send some of it's warriors, called Terminators, back in time. This is the story of the Terminator sent to kill the resistance leader in 1995, while he is still a child. The resistance sends a reprogrammed Terminator back to 1995 to protect the young man. The question is, ... [+]
Language of the review:
- es
January 9, 2010
4 of 4 users found this review helpful
Damas y caballeros, exige una continuación en el cine, una nueva parte por excelencia.
Si la primera parte fue una maravilla que a pesar de no ganar demasiado dinero trascendió hasta el nivel de clásico, esta es para muchos aún mejor. Aunque quizá no sea mi caso, sí la considero digna de esa opinión mayoritaria.
"Terminator 2: Judgement Day" de James Cameron es oscura, bruta y violenta a punta pala, repleta de disparos, explosiones, sangre, palabrotas y amenazas de muerte, y dentro de esto es tierna, introspectiva, esperanzadora y profundamente reflexiva sobre uno de los problemas más importantes dentro de los caminos de la Humanidad: las responsabilidades de la ciencia y su herencia de cara a las próximas generaciones.
Si comparamos esta película con su precursora, la definición es muy básica: más de lo mismo (pero lógicamente mejor hecho) sumado a geniales y frescas novedades.
Ésta posee un guión muchísimo más complejo (gran trabajo de James Cameron y William Wisher) y un presupuesto mucho mayor, lo cual confirma que Cameron ha aprovechado perfectamente una cosa con la otra.
Aquí se cambia el rumbo de la anterior película y se aprenden cosas novedosas sobre cuanto se mostraba en ella.
T2 nos cuenta una historia cruel sobre un próximo apocalipsis y la lucha de un grupo de personajes que buscan evitarlo, si es necesario a precio de sus vidas. El antagonista de esta película no es simplemente una máquina asesina capaz de cambiar de forma procedente del futuro, sino la Humanidad misma que camina hacia su fin en un mundo en el que nadie ayuda a nadie y todo individuo está dispuesto a apuñalar al prógimo a cambio de casi nada. Y sobre todo, sobre todo, el mayor mal presentado en esta película es el poder creativo de la ciencia más allá de la disciplina, y sobre todo, el clásico axioma: "Lo que yo no haga lo hará otra persona, luego puedo hacer lo que quiera." Esa idea ha dado origen a todo: desde la lluvia ácida hasta la bomba atómica. Y aquí, ¡el jodido fin del mundo, abrid todas las botellas!
La factura de esta película es jodidamente impecable. Las persecuciones nocturnas en la carretera a punta de arma de fuego son sobrecogedoras. El nuevo villano de metal líquido, el T-1000, es terrorífico. Schwarzenegger (sólo apellido y en letras rojas) sigue imponiendo su autoridad tras las gafas de sol. ¡Y el clímax es magnífico!
Y por supuesto, todas las interpretaciones son perfectas, desde las de los emocionales y humanos Edward Furlong y Linda Hamilton hasta los inexpresivos y metódicos Arnold Schwarzenegger y Robert Patrick.
Con esta película, James Cameron ha combinado una gran historia con un gran espectáculo dando lugar a una experiencia cinematográfica que excita y que hace pensar y sentir, con la retina electrizada y con el corazón a mil por hora. Una auténtica maravilla y una muy sincera recomendación.
"Si una máquina puede aprender el valor de una vida humana, tal vez nosotros también podamos..."
Si la primera parte fue una maravilla que a pesar de no ganar demasiado dinero trascendió hasta el nivel de clásico, esta es para muchos aún mejor. Aunque quizá no sea mi caso, sí la considero digna de esa opinión mayoritaria.
"Terminator 2: Judgement Day" de James Cameron es oscura, bruta y violenta a punta pala, repleta de disparos, explosiones, sangre, palabrotas y amenazas de muerte, y dentro de esto es tierna, introspectiva, esperanzadora y profundamente reflexiva sobre uno de los problemas más importantes dentro de los caminos de la Humanidad: las responsabilidades de la ciencia y su herencia de cara a las próximas generaciones.
Si comparamos esta película con su precursora, la definición es muy básica: más de lo mismo (pero lógicamente mejor hecho) sumado a geniales y frescas novedades.
Ésta posee un guión muchísimo más complejo (gran trabajo de James Cameron y William Wisher) y un presupuesto mucho mayor, lo cual confirma que Cameron ha aprovechado perfectamente una cosa con la otra.
Aquí se cambia el rumbo de la anterior película y se aprenden cosas novedosas sobre cuanto se mostraba en ella.
T2 nos cuenta una historia cruel sobre un próximo apocalipsis y la lucha de un grupo de personajes que buscan evitarlo, si es necesario a precio de sus vidas. El antagonista de esta película no es simplemente una máquina asesina capaz de cambiar de forma procedente del futuro, sino la Humanidad misma que camina hacia su fin en un mundo en el que nadie ayuda a nadie y todo individuo está dispuesto a apuñalar al prógimo a cambio de casi nada. Y sobre todo, sobre todo, el mayor mal presentado en esta película es el poder creativo de la ciencia más allá de la disciplina, y sobre todo, el clásico axioma: "Lo que yo no haga lo hará otra persona, luego puedo hacer lo que quiera." Esa idea ha dado origen a todo: desde la lluvia ácida hasta la bomba atómica. Y aquí, ¡el jodido fin del mundo, abrid todas las botellas!
La factura de esta película es jodidamente impecable. Las persecuciones nocturnas en la carretera a punta de arma de fuego son sobrecogedoras. El nuevo villano de metal líquido, el T-1000, es terrorífico. Schwarzenegger (sólo apellido y en letras rojas) sigue imponiendo su autoridad tras las gafas de sol. ¡Y el clímax es magnífico!
Y por supuesto, todas las interpretaciones son perfectas, desde las de los emocionales y humanos Edward Furlong y Linda Hamilton hasta los inexpresivos y metódicos Arnold Schwarzenegger y Robert Patrick.
Con esta película, James Cameron ha combinado una gran historia con un gran espectáculo dando lugar a una experiencia cinematográfica que excita y que hace pensar y sentir, con la retina electrizada y con el corazón a mil por hora. Una auténtica maravilla y una muy sincera recomendación.
"Si una máquina puede aprender el valor de una vida humana, tal vez nosotros también podamos..."
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Normalmente yo le tengo manía a que las películas tengan un número colgado en el título. Suelo preferir que tengan un subtítulo o que el título cambie...
Pero ésta, T2, tiene cierto mensaje: la presencia de dos Terminators.
Aunque claro, también podrían haberla titulado "Terminators", je je je je.
Y quisiera destacar los magníficos créditos: su mezcla de fuego y metal, su música apocalíptica (militar, dramática y antiépica), la espeluznante imagen de los columpios ardiendo en los cuales acabamos de ver a unos felices niños y la siniestra mirada del Terminator acercándose hacia el público con las palabras: "Produced and directed by James Cameron". La película sobrecoge como pocas nada más empezar.
Quizá haya una pega en concreto:
En la "Terminator" original, Cameron nos sorprendió con una revelación: Kyle Reese, el humano enviado para proteger a Sarah Connor, se enamoró de ella y resultó ser el padre de John Connor. Fue una paradoja temporal sobrecogedora.
En esta hay otra, pero no me excitó tanto, aunque seguramente es culpa mía: a partir de los restos del Terminator destruído, se inició el proyecto que daría lugar a Skynet.
Y sí, lo admito: la historia del pequeño John Connor con el papá Terminator, sólo si la comparo con la anterior, se me hace infantilona. Pero sólo comparativamente.
Por cierto, juraría que en versión original, Arnie dice: "Hasta la vista, Baby." ¿Por qué aquí lo han traducido por "Sayonara, Baby"?
Así pues, fueron Kyle Reese y el Terminator, ambos procedentes del futuro, quienes dieron origen a la guerra futura, el Día del Juicio Final y a la Resistencia, a John Connor y a Skynet.
James Cameron, te has lucido, cabrón.
Pero ésta, T2, tiene cierto mensaje: la presencia de dos Terminators.
Aunque claro, también podrían haberla titulado "Terminators", je je je je.
Y quisiera destacar los magníficos créditos: su mezcla de fuego y metal, su música apocalíptica (militar, dramática y antiépica), la espeluznante imagen de los columpios ardiendo en los cuales acabamos de ver a unos felices niños y la siniestra mirada del Terminator acercándose hacia el público con las palabras: "Produced and directed by James Cameron". La película sobrecoge como pocas nada más empezar.
Quizá haya una pega en concreto:
En la "Terminator" original, Cameron nos sorprendió con una revelación: Kyle Reese, el humano enviado para proteger a Sarah Connor, se enamoró de ella y resultó ser el padre de John Connor. Fue una paradoja temporal sobrecogedora.
En esta hay otra, pero no me excitó tanto, aunque seguramente es culpa mía: a partir de los restos del Terminator destruído, se inició el proyecto que daría lugar a Skynet.
Y sí, lo admito: la historia del pequeño John Connor con el papá Terminator, sólo si la comparo con la anterior, se me hace infantilona. Pero sólo comparativamente.
Por cierto, juraría que en versión original, Arnie dice: "Hasta la vista, Baby." ¿Por qué aquí lo han traducido por "Sayonara, Baby"?
Así pues, fueron Kyle Reese y el Terminator, ambos procedentes del futuro, quienes dieron origen a la guerra futura, el Día del Juicio Final y a la Resistencia, a John Connor y a Skynet.
James Cameron, te has lucido, cabrón.