Psicodélica y surreal película sobre la imaginaria aventura de los Beatles como héroes de Pepperland, en contra del abuso de los malditos azules. Esta colorida y pastrula historia no tiene pies ni cabeza, es un trip que pareciera fue producido por el más potente ácido.

El bosquejo de los dibujos fue grotesco, del nivel de los dibujos de niños de diez años. Se sobrepasaron con los colores que fueron infinitos, pero de alguna manera necesarios para introducirte en el trip. La banda sonora, a cargo de nada más y nada menos que de los Beatles, estuvo genial. No soy fanático de esa banda pero al Cesar lo que es del Cesar.

Si esta película hubiera sido un cortometraje hubiera sido fenomenal pero la extensa duración de 90 minutos fue aborreciblemente interminable. Demasiado sin sentido.