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Olaf Gaadou rating:
1
6.3
4,374
Drama. Thriller
The story of Daniel Jones, lead investigator for the US Senate’s sweeping study into the CIA’s Detention and Interrogation Program, which was found to be brutal, immoral and ineffective. With the truth at stake, Jones battled tirelessly to make public what many in power sought to keep hidden.
Language of the review:
- es
December 16, 2019
57 of 98 users found this review helpful
Más allá de lo terrible de un guión plagado de diálogos artificiales y lugares comunes, más allá de lo terrible de actuaciones que, en varios personajes, rayan lo caricaturesco, esta película un producto propagandístico de primer orden. La película se disfraza de thriller político crítico con el programa de tortura llevado a cabo por la CIA entre los años 2001 y 2008, pero nada más lejos de la realidad. Si no estamos atentos, este bochorno producido por Jeff Bezos nos saca brillo al cerebro de tres formas distintas.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
(1) La película nos hace creer que el programa de tortura (al que refieren, eufemísticamente, como Enhanced Interrogation Program) no fue sino una desgraciada mancha en la historia de una CIA cuya misión, a pesar de los pesares, fue siempre la de proteger la seguridad nacional. Quizás la tortura fue una extralimitación llevada a cabo en unos años de psicosis generalizada después del 11-S. De risa. Cualquiera que sepa un mínimo acerca de la historia de la CIA sabe que la tortura, los crímenes, el racismo, o los abusos fascistoides forman la pura esencia de la agencia, y no una excepción.
(2) A lo largo de la película, Dan Jones (Adam Driver) se ve tentado en varias ocasiones de tomar atajos para publicar el informe sobre la tortura de la CIA, pero ante esa opción siempre opta por seguir el "camino de la legalidad." Snowden es mencionado en dos ocasiones, por la senadora Diane Feinstein y por el reportero del NYTimes, y la película sale en un momento en el que la figura del whistleblower ha adquirido nueva relevancia política en los USA. Durante los años de Obama, Snowden, Manning y Assange destaparon escándalos y abusos de la NSA, el Pentágono y el ejército, similares a los que retrata esta película. Pero aquí el mensaje es claro. En los USA nos gustan los chivatazos, pero siempre que se hagan por el camino de la legalidad, por cauces internos, y sin inmiscuir al público o a la prensa. Snowden es tachado de traidor a la patria por la senadora Feinstein. Jones es elevado a héroe nacional por el mismo personaje. La moraleja es clara.
(3) Lo peor de la película es que nos hace creer que, de nuevo, las prácticas terroristas y abusivas perpetradas por el gobierno de Bush y Cheney fueron una terrible excepción, y que el Senado (el pueblo americano) y el gobierno de Obama (su salvador) navegaron con tesón e inteligencia política los turbulentos cauces de las agencias de inteligencia, las tensiones políticas, y la legalidad, para acabar condenando la tortura de la CIA. Obama desarrolló un programa más criminal si cabe, el de los drones, que se menciona de pasada en la película (se mencionan de hecho unas 10 bajas civiles de una forma tan casual que debería helarnos la sangre).
En fin. Terrible, terrible, terrible. Parece que está muy bien hecha. Parece que es una película crítica. Pero que no nos engañen. Esto es pura propaganda.
(2) A lo largo de la película, Dan Jones (Adam Driver) se ve tentado en varias ocasiones de tomar atajos para publicar el informe sobre la tortura de la CIA, pero ante esa opción siempre opta por seguir el "camino de la legalidad." Snowden es mencionado en dos ocasiones, por la senadora Diane Feinstein y por el reportero del NYTimes, y la película sale en un momento en el que la figura del whistleblower ha adquirido nueva relevancia política en los USA. Durante los años de Obama, Snowden, Manning y Assange destaparon escándalos y abusos de la NSA, el Pentágono y el ejército, similares a los que retrata esta película. Pero aquí el mensaje es claro. En los USA nos gustan los chivatazos, pero siempre que se hagan por el camino de la legalidad, por cauces internos, y sin inmiscuir al público o a la prensa. Snowden es tachado de traidor a la patria por la senadora Feinstein. Jones es elevado a héroe nacional por el mismo personaje. La moraleja es clara.
(3) Lo peor de la película es que nos hace creer que, de nuevo, las prácticas terroristas y abusivas perpetradas por el gobierno de Bush y Cheney fueron una terrible excepción, y que el Senado (el pueblo americano) y el gobierno de Obama (su salvador) navegaron con tesón e inteligencia política los turbulentos cauces de las agencias de inteligencia, las tensiones políticas, y la legalidad, para acabar condenando la tortura de la CIA. Obama desarrolló un programa más criminal si cabe, el de los drones, que se menciona de pasada en la película (se mencionan de hecho unas 10 bajas civiles de una forma tan casual que debería helarnos la sangre).
En fin. Terrible, terrible, terrible. Parece que está muy bien hecha. Parece que es una película crítica. Pero que no nos engañen. Esto es pura propaganda.