Una buena muestra de lo que le puede pasar a una familia de pijos si continúan con su ilícita ostentación de riqueza, bueno, quizás me excedo un poco pero que lo tengan en cuenta los aludidos. Precisamente eso es lo que me aleja del drama de la familia, mi fobia a las clases altas no me permite que me implique del todo como espectador pero esto no se puede achacar a un fallo de la película, simplemente es una apreciación personal de alguien que no puede tener ese estilo de vida ni lo pretende.

Dejando de lado este detalle he visto una buena película, un thriller lleno de fuerza, rodado con estilo y con unos planos larguísimos que desafían la pericia del director y el estado de forma de los actores, que sinceramente están impecables, tanto Fernando Cayo como Ana Wagener están muy correctos, los secuestradores de Europa del este perfectamente creíbles, mención aparte para la escena del encontronazo del albano con el policía, para mi la mejor escena de la película que refleja las virtudes de "Secuestrados", tensión, cruda violencia y realismo, en momentos como este se consiguen unos resultados espeluznantes. Y no puedo dejar atrás a Manuela Vellés, que tiene la difícil tarea de llevar el peso dramático hasta el extremo, tal vez a algunos les parecerá que sobreactúa pero una situación limite conlleva una actuación también al limite y aquí Manuela se revela como una gran actriz capaz de transmitir realismo por los cuatro costados.

La película se ensaña con la violencia, violencia justificada con lo que nos cuenta la historia y por lo tanto nada gratuita. Quizás en ciertos momentos nos invade un déjà vu de terrenos ya explorados por Haneke en “Funny Games” o también a “Los extraños” ya que la historia es similar y la forma de rodar semejante a la del director austriaco, pero a los amantes del genero no nos desagrada otra vuelta de tuerca en versión española, sobretodo si el resultado acaba siendo tan satisfactorio. Una película muy digna, si señor.