Si bien es cierto que estamos delante de una película más que interesante, se siente como si el tema que se trata se hubiera quedado muy grande, como si la película fuera demasiado simple para abordar toda la complejidad que posee este tema.
Guión aparte, he de decir que la dirección de Gavin Hood me parece más bien flojita y blandita, cuando se requería mala uva y mucha, mucha fuerza. Expone sus ideas pero no se atreve a defenderlas.
La única que se salva del reparto es Reese Witerspoon, y eso que sale poco, pero cada vez que lo hace la pantalla se le queda pequeña. Jake Gyllenhaal no me parece el actor más indicado para este papel porque, al igual que Orlando Bloom, posee una sosez demasiado exagerada y una inexpresividad total y absoluta.
Pero aún con todo esto, el film es sólido e interesante, y lo que es más importante, es muy necesario.
Mi nota: 6,75.