La verdad es que cuando me decidí a visionar este film lo hice con cierto escepticismo pero, con el paso de los minutos me iba dadno cuenta de que realmente estamos delante de una joya, de esas que se ven pocas veces al año.
No sé si es ese ambiente de cuento o que se tratara de la última película de mi admirado Heath Ledger, pero me enamoré de la trama casi instantáneamente. He de reconocer que no es fácil de ver, pero si consigues meterte en la historia desde el principio ya no podrás salir de ella.
La interpretación de Heath Ledger es impecable, a lo que nos tenía acostumbrados, y además el complemento imprevisto de actorazos de la talla de Jude Law, Johnny Depp (al que se le echan en falta algunas escenitas más) y muy especialmente es este film, Colin Farrell (pletórico) hacen llegar el mensaje de la película y, en realidad, parece que Terry Gilliam lo tenía planeado así desde un principio.
El final es muy emotivo, conmovedor y termina de enamorar. Un film raro al que os animo le déis una oportunidad.

Mi nota: 8.2