La verdad es que desconocía todo lo relacionado con la cinta salvo que el director de la misma es el que nos devolverá el espíritu jurásico que trajo Spielberg hace veinte años y como meta que tenía, era ver la ópera prima del director para ver si funciona o no su estilo y si tiene ingenio o no y la verdad es que ha logrado un debut indie bastante solvente pese a su escasísimo presupuesto. Trevorrow deja una historia para recordar, quizás incompleta, anecdótica y muy corta para lo que la historia requiere dejando claro que más que una cinta de ciencia ficción trata sobre la búsqueda del amor y el carpe diem, el valor de la amistad y vivir el momento y sobretodo se aprovecha de una magnífica Aubrey Plaza que no conocía y que me ha enamorado tanto física como artísticamente. Jake Johnson le descubrí hace unas semanas en Vamos de polis y me sorprendió y en esta no lo es menos. Quizás el chiquito indio no me entusiasmó y me pareció un papel demasiado típico pero aún así no desentona y el interés por las subtramas de cada personaje es constante y entretenido. Divierte y hace reír por momentos aunque no sea una comedia al uso. No es una cinta que haya tenido mucho reconocimiento y no descartaría que en un futuro sea de culto aunque con un montaje más extenso podría haber ganado esos puntos que difiere por no contestar todas las preguntas que uno se cuestiona tras su visionado. Buena.