Como remake-secuela de la película Evil Dead no está nada mal, aunque para mi gusto es mejor la original. La cosa volvería a subir con la tercera y última entrega. Tiene un planteamiento bastante parecido, tal vez tuvieran algo más de presupuesto, se deja ver con una sonrisa. Eso sí, un visionado obligado con la mentalidad de la época en la que fue estrenada. Si se ve con los ojos de ahora nos parecerá una película bastante malilla, con actuaciones bochornosas y unos efectos tirando a malos. De todos modos, hay que decir que las transformaciones están bien conseguidas, el gore predomina en algunas secuencias. Repiten tanto Sam Raimi en la dirección y Bruce Campbell en el reparto como Ash, que con los sucesos que acontecen en la anterior, viéndolo actuar en ésta es como si todo le supiera a nuevo. El momento motosierra en mano es para sacarse el sombrero. Lo más impactante es su final, todo hay que decirlo, que nos deja con ganas de más, con un gran cliffhanger. Cinco años después, Raimi cerró la trilogía con El Ejército de las Tinieblas (Army of Darkness (1992)).