Pues sí, el maquillaje (o en este caso, su ausencia) ha sido el factor decisivo a la hora de decidir si aprobaba o suspendía esta película, pues si las actrices protagonistas hubieran salido todo el rato maquilladas al uso, este film para mí no pasaría de un 3 o un 4 como mucho. La interpretación de Adèle es excelente, pero el mundo está lleno de películas flojas con grandes interpretaciones, así que solamente ese factor nunca me ha bastado para aprobar una película, y en este caso la balanza se decanta hacia un 5 porque la enorme abundancia de primeros planos de rostros femeninos sin maquillaje que exhibe esta película no es algo muy habitual en el cine comercial y fue algo peculiar que me agradó ver.
Aparte de esto y de la gran interpretación protagonista antes mencionada, no hay mucho más que alabar en esta obra. Si pienso con el pene, las escenas eróticas son estupendas para hacerse unas pajichuelas y seguramente algún puntito de más le estoy dando por este motivo, porque si no me hubiesen atraído sexualmente las actrices protagonistas, la película me hubiera parecido peor sin duda.

Realmente dice poco en favor de una película tan larguísima que lo mejor de ella sean los primeros planos sin maquillaje, la buena interpretación de la protagonista y unas escenas eróticas muy del gusto de cualquier buen pajero que se precie, aunque cuando te enteras de que usaron vaginas sintéticas para no tener que comerse los bajos de verdad, te entra un poco de bajón. En fin, no somos nada. Adèle (y su chichi) también era mentira.