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Spain Spain · Valencia
Jon Alonso rating:
9
TV Series. Drama TV Series (2014-2015). 2 Seasons. 20 Episodes. A look at the professional and personal lives of the staff at New York's Knickerbocker Hospital during the early part of the twentieth century. Every day they must deal with lack of funding, personal conflicts, egotism, racial tensions, personal vices, drug addiction, affairs, closed minds, dated nigh-medieval medical techniques and them and their experimental new techniques being ... [+]
Language of the review:
  • es
November 8, 2016
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H.G. Wells dijo en una ocasión que “La historia humana es en esencia una historia de ideas.” Y es que, obviamente, no ha habido un periodo para la humanidad desde el último cuarto del siglo XIX y el primero del XX, donde la condensación de inventos, ingenios y avances técnicos dejase a uno —asombrado— de la trascendencia de otrora, visionarios, que ya apuntaban a nuestro actual siglo XXI. Este primer cuarto, al que hemos bautizado, como el periodo de la tecnología y la comunicación digital. No es más que el siguiente salto, en la validación de todos aquellos prehistóricos proyectos. En el fondo, somos una pequeña —esencia deudora—de aquellos bisabuelos con anteojos metálicos, barbas y bigotes puntiagudos. El cineasta Steven Soderbergh junto a la productora del canal Cinemax (sucursal de la HBO y gran apuesta en Latinoamérica del grupo Time Warner) junto a tres jóvenes guionistas, en calidad de productores ejecutivos; Jack Amiel, Michael Begler y Steven Kantz han creado una de las series más originales, vibrantes y hermosas, en un tiempo donde el talento de Alva Edison iluminaba la babel de los prodigios: New York. Una historia, en torno a un brillante cirujano muy lejano de toda aparatología Made in CSI y diagnósticos vía Iphone.Eso sí, no renegando de sus manos, —bien limpias— con un primitivo fórceps en la izquierda y escarpelo a la diestra. Dueño absoluto del show, nuestro imperioso protagonista es un médico cirujano, perseverante adicto al trabajo y otros placeres inquietantes: el Dr. Thackery. Interpretado con gran solvencia por el actor británico Clive Owen. Asistimos a su ceremonia de cirugías, desde la platea del claustro universitario, donde alumnos y doctores eméritos asisten a las ingeniosas intervenciones. Todos los procesos están recubiertos de un halo realista no apto para estómagos flojos. Bajo una dirección artística milimetrada, donde destaca esa luz oscura, que nos recuerda a un caótico New York de principios de siglo. Desprendiendo un hálito a las crónicas de Herbert Asbury por todos sus rincones. Así como el perverso aroma al viejo western en Deadwood. Tras una secuencia de diez minutos magistrales de Mr. Soderbergh, donde la cámara empieza la acción tras un John Thackery, que se despierta al lado de una mujer oriental completamente desnuda en la cama de un patético fumadero de opio de ChinaTown, de la vieja calle Mott.Sale a toda pastilla del antro, en un taxi-carruaje y se dirige al hospital Knickerbocker (no desvelamos lo que hace, nuestro querido doctor dentro del coche). La cámara se detiene en el friso del edificio hasta acabar en un plano detalle del delantal de faena y ponerse al lado de su mentor; el jefe de cirugía Dr. Jules Christiansen (Matt Frewer). La cirugía que llevan a cabo, es diga de atención por parte de todo aquel que tenga interés en este campo de la ciencia —reiteramos, nuevamente, la excepción de pálpitos aprensivos por la sangre humana— desgraciadamente, la operación es un fracaso y el Dr. Christiansen acaba suicidándome. Su muerte deja a Thackery muy afectado y tras el funeral el reciente consejo de administración— unos nuevos ricos— con aires filantrópicos, los cuales, quieren un nuevo organigrama y una renovación del utillaje y las estructuras arquitectónicas del viejo hospital.Ante el descontento de Thackery y su equipo de allegados. Cornelia vuelve a insistir en Algernon como revulsivo y su prestigio para hacer del Knickerbocker el hospital más puntero de la ciudad de NY. Obviamente, para la época no deja ser sorprendente y algo difícil de encajar esta situación. Sin embargo, no es tan arriesgado, pues, tanto un personaje como el otro se basan en dos viejas leyendas de la medicina de por aquel entonces. Se podría decir que el fallecido Dr. Christiansen y su legado pasaría a directamente John Thackery estarían inspirados en una de la eminencias de la cirugía norteamericana y mundial de aquella época; el Dr. William Stewart Halsted. Un personaje que convivió con auténticas primeras espadas de la comunidad científica de finales del XIX. En el caso del intrigante Dr. Edward, podría estar basado en un cirujano de Chicago—auténtica rara avis—que asombró al resto de especialistas de su época por sus habilidades para la práctica de la medicina de élite; Dr. Daniel Hale Williams. Lo dicho, se agradece el laborioso trabajo de documentación dosis de realismo en The Knick.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Jon Alonso
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