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Quatermain80 rating:
8
Drama "The Family," an album with a velvet cover, is meant to touch the extended family of man. Formal portraits, bookends in this 80-year saga, enclose the central story, which opens with the baptism of Carlo, a baby in his grandfather's lap, and ends with Carlo as a grandfather with a baby in his arms. And never once do we get out of the house, whose rooms provide the film's structure. Comfort or passion? Carlo couldn't really decide until it was too late.  [+]
Language of the review:
  • es
October 27, 2009
14 of 18 users found this review helpful
Una de las más notables singularidades del cine italiano es su inigualable maestría a la hora de reflejar las claves emocionales de la vida familiar; ejemplo de ello son "El Gatopardo" de Visconti, "Amarcord" de Fellini, "Novecento" de Bertolucci, y más recientemente, siendo también magnífica, "La mejor juventud" de Tullio Giordana.

La presente obra es una más de las que podrían figurar, además merecidamente, en la lista precedente. Narrada desde el punto de vista de Carlo, a los ochenta años, supone un viaje sentimental hacia el pasado, su pasado y el de los que le rodean y le rodearon. Por tanto, la película es una crónica familiar que se extiende desde 1906 hasta 1987 y por medio de la cual Scola reflexiona acerca de las pequeñas cosas que componen la vida cotidiana, los sentimientos satisfechos o incumplidos, los dramas domésticos y el paso del tiempo.

Rodada enteramente en el interior de la gran casa familiar, destaca la delicadeza y sensibilidad con que Scola mueve la cámara, eligiendo las miradas y los momentos que mejor logran transmitirnos una emoción. A lo largo del filme recorremos una y otra vez el pasillo de la casa, y en cada recorrido desembocamos en una época distinta, en otro recuerdo; hay algunos momentos mágicos, sumamente logrados, como el cruce de miradas en el baile, las discusiones de las hermanas solteronas (magníficas), y aquél en el que el pequeño Carletto juega en el pasillo y escucha a sus padres, en trance de separación. Película coral por necesidad, la labor del reparto se antoja fundamental, y desde luego su trabajo resulta soberbio y creíble, incorporando matices humorísticos y entrañables a los distintos personajes. Si a esto se suma un guión que aúna eficazmente diálogos y voz en off, así como momentos de humor y de reflexión, la obra, en su conjunto, resulta aún más redonda.

Al final, cuando de los antiguos integrantes de la familia de 1906 solo reste Carlo (espléndido Gassman), nos quedará el consuelo de saber que nuevas generaciones recorrerán el pasillo de los recuerdos, y que el conjunto de los mismos, esto es, la memoria, con sus alegrías y sus penas, es suficiente razón por la que vivir.
Quatermain80
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