Tengo dos objeciones contra esta película:

Una objeción formal, es decir, relativa al puro arte cinematográfico: no consigo encontrar ningún tipo de continuidad entre el relato inicial y el salto a las imágenes de la Creación o las escenas con animales prehistóricos. Me parece un salto en el vacío.

Una objeción de contenido: Las enseñanzas de la madre no las puedo compartir, ni siquiera entender. "Amar" como imperativo que otorga un sentido completo a nuestras vidas, amar indiscriminadamente, a todo ser humano, a todas las especies, plantas incluidas, supone rebajar, precisamente, el valor del amar en si, que se convierte en un acto tan mecánico y desprovisto de contenido que no necesita siquiera un complemento directo en el cual encarnarse, sino la referencia a un prójimo como mero soporte, acaso imprescindible, pero reemplazable y fungible. Dicho en términos gramaticales: las prédicas de la madre hacen que el objeto del amor degenere de complemento directo en ablativo instrumental. Si el objeto del amor es la totalidad de las cosas, las cosas amadas dejan de ser amadas por lo que son y pasan a ser amadas para satisfacer la pura y redundante necesidad de amar. (Y aun en ese caso no sería necesario que el objeto del amor fuese el Todo, pero si es el Todo el amor ya se convierte en algo autosuficiente). Es posible que ese sea el amor más puramente cristiano, y puedo ser injusto si rechazo la película por la insatisfacción que me produce su "mensaje", pero es que un mensaje para mi tan indigesto y enunciado de forma tan explícita, casi como si la pantalla lo escupiera sin contemplaciones a los espectadores, vuelve esta película decididamente insoportable.