En primer lugar tenemos la paradoja de que una de las mejores películas de superhéroes que se ha realizado hasta la fecha no es una película de superhéroes sino un thriller policiaco de los buenos.

El guión es muy muy bueno y hace que todas las piezas encajen perfectamente y todos los personajes tengan su momento de gloria aunque los personajes de Morgan Freeman y Michael Caine se reducen al máximo.

Otra de las cosas que se agradece en esta película es que los malvados están perfectamente tratados e interpretados. Supongo que los actores tendrán su mérito pero sin un buen guión detrás estos maravillosos malvados no serían posibles.

El Joker es simplemente uno de los mejores malvados que se hayan visto nunca. Está lleno de matices, es un psicópata sin escrúpulos y te crees que realmente está como una cafetera. Puede que el Joker de Nicholson sea más fiel a los comics pero este está más en consonancia con la atmósfera de la película y llega a dar auténtico miedo.

Harvey Dent también está muy bien tratado. Como dos caras está también muy bien tanto en su caracterización como en su interpretación. Aun siendo una persona con doble personalidad no llega a cargar y está tratado con gran seriedad.

Para finalizar he titulado la crítica de esta manera porque paradojicamente la mejor película de batman no trata en general demasiado bien al personaje. En Batman Begins tampoco se trataba demasiado a Batman ya que Bruce Wayne tenía todo el protagonismo pero en esta ni Bruce Wayne ni Batman tienen el protagonismo que deberían tener en una película sobre un superhéroe.

Y es que no es una película de un superhéroe sino un thriller policial. Si Batman desapareciese de la trama y Jim Gordon tuviese un poco más de protagonismo como investigador que persigue al Joker la película sería más o menos parecida.

Sólo al final en el que Batman se pasa definitivamente al lado oscuro se hace verdadera justicia al personaje.

En resumen, una grandísima película levantada por un guión casi perfecto y unos malvados geniales.