Sabrina de Billy Wilder, es una comedia romántica llena de encanto y armonía. Dirigida a buen ritmo, engancha al espectador gracias a un gran trabajo personal y competente, como es habitual en este gran director, definiendo la cinta de manera espléndida y maravillosa.
El guión, escrito por el mismo Wilder, es agradable y atractivo, gracias a un buen entramado lleno de amor, desamor, celos y confusión que gusta ver por se entretenido y ameno. Y por tener un argumento con todos los ingredientes necesarios para ser una cinta inolvidable.
Las actuaciones, sobresalen sobre todo lo demás, con una Audrey Hepburn natural y espontanea, empezatizando y gustando al espectador, William Holden carismático y acertado en su papel de galan empedernido, y Humfrey Bogard remarcable y convincente, realizando una seria y completa actuación como es costumbre en él.
Musicalmente, es evocadora y sugerente a la acción, con sonidos bellos y encantadores para acompañar en todo momento de forma eficaz. Al igual que la fotografía que es rica en matices, resaltando el lujo y la ostentación pero sin llegar ser sobrecargada.
Para concluir, resaltar también la narrativa al principio de la cinta, como es costumbre en el director, presentando y exponiendo los personajes de forma clásica y afable, atrayendo así al espectador de modo convincente con una voz en off sencilla y clara. Y los vestuarios, caracterizaciones y decorados elegantes y distinguidos, alusivos al lugar y momento en cuestión de forma impecable y excelente.
Por lo que, en líneas generales, la considero una obra esencial dentro de la filmografía del director, por tener una gran historia de amor que gustará ver por sus actuaciones, puestas en escenas, música, y por supuesto la agradable y bella presencia, de una de las más hermosas y atrayentes actrices, que sin duda ha dado el séptimo arte en su historia.