Relato épico en 8 capítulos de una de las novelas más épicas y conocidas de la historia, "La Ilíada", atribuida a Homero, que relata cómo los dioses disfrutaban jugando con los humanos, como por el amor de una mujer, Helena de Esparta, se destruyó una gran ciudad como Troya por parte de los griegos, todo dentro de la mitología griega.

Producida por la BBC y distribuida por Netflix, es una muy libre adaptación, donde los guionistas se toman muchas libertades, como atribuir raza negra a uno de los héroes griegos, Aquiles y su amante Patroclo, que poco o nada tienen que ver con la "Troya" de Brad Pitt, que todos tenemos presente al ver esta miniserie.

Fuera de ello, la serie es correcta siguiendo la mitología y el relato de "La Ilíada", que es lo que realmente debería importarnos a los que hemos dedicado ocho horas de nuestra vida a seguir la historia de la guerra de Troya, y no a desbarrar sobre personajes o actores porque no nos cuadra el reparto, o si Helena y Paris, o Héctor, deberían ser más o menos guapos y los decorados de cartón piedra y el vestuario y aderezzo son más o menos consecuentes con la época del relato.

Troya existió, como se ha demostrado con los restos arqueológicos de la misma, y era una ciudad importante situada en el estrecho de los Dardanelos hoy perteneciente a Turquía, que comunica el Mar de Mármara con el Mar Egeo, en una ruta comercial transitada en el acceso al Mar Negro. Las excavaciones y los estudiosos señalan que Troya estuvo habitada desde el tercer milenio antes de Cristo.

Tras siglos de olvido, las ruinas de Troya fueron descubiertas en las excavaciones realizadas en 1871 por Heinrich Schliemann, tras unas prospecciones iniciales realizadas a partir de 1865 por Frank Calvert. En 1998, el sitio arqueológico de Troya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

A mí personalmente me ha gustado. Interesante, 6.