The fourth dimension es una película de episodios, realizado cada uno por un director diferente, con libertad creativa y un tema en común. En este caso la cuarta dimensión. En los últimos años se ha puesto de moda este tipo de películas, de las que no soy muy partidario, debido a la irregularidad de sus partes y a que los grandes artistas no suelen ofrecer todo su potencial. No es el caso de Harmony Korine que realiza una pequeña joya.

The lotus community workshop trata de como Val Kilmer (siendo el propio Val Kilmer) se ha convertido en una especie de predicador o gurú y realiza charlas en los centros comerciales de los suburbios de la ciudad. Ante esta premisa, lo habituall y en ocasiones tan bien hecho es criticar a estos oradores por farsantes o analizarlos psicológicamente. Sino que Korine trata a los personajes de forma única, no los juzga, ni los analiza. Korine los muestra tal como son, raros, diferentes, freaks pero vivos y con su propia idea de la vida y de la belleza, diferente pero no por eso peor. Así este Val Kilmer (actuación impecable) que ha visto aliens cae simpático e intenta ayudar enseñándonos a abrir un espacio {dimensional} en el que estar en paz (sin ningún tufo new age, la ambigüedad de Korine no lo permite).

Chronoeye de Aleksei Fedorchenko trata sobre viajes en el tiempo. Me parece la historia más floja de las tres. Tiene momentos álgidos, sobre todo el final del corto, pero la narración carece del ritmo que necesitaría para atrapar y alguna escena podría haber sido eliminada en el montaje por lo poco que aporta.

Fawns de Jan Kwiecinski, está inspirada en el imaginario de Harmony Korine. Hay guiños de este corto al the lotus community workshop, ya que se emplean varias frases en ambos cortos. Un corto diseñado con metáforas sutiles donde el grupo protagonista renuncia a una espiritualidad y valores sociales que no comparten (escena de la iglesia) y alcanzan una nueva espiritualidad acorde con ellos (escena de los ciervos).