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Fiji Fiji · Atlántida
KesheR rating:
3
Fantasy. Sci-Fi. Action With the world now aware of his dual life as the armored superhero Iron Man, billionaire inventor Tony Stark (Robert Downey Jr.) faces pressure from the government, the press, and the public to share his technology with the military. Unwilling to let go of his invention, Stark, along with Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), and James "Rhodey" Rhodes (Don Cheadle) at his side, must forge new alliances -- and confront powerful enemies.
Language of the review:
  • es
December 8, 2010
31 of 33 users found this review helpful
Ya me quejé en mi crítica de la primera parte del fascismo que impregna esta saga cinematográfica, de la glorificación del uso de la fuerza unilateral por parte de EEUU que, sin asomo de vergüenza, corea Tony Stark sin parar ("he privatizado la paz mundial"). Ya está más que dicho que los superhéroes americanos son el sueño del fascismo hecho realidad (Rick Veitch afirmó que el gusto del público norteamericano por los superhéroes manifiesta su inclinación subconsciente hacia el fascismo), ya que estos personajes se erigen en juez, jurado y ejecutor por el simple derecho que les otorga la fuerza.

Dejando aparte estas consideraciones morales, que se agravan desde la primera parte, la película es un pestiño. La estructura argumental es muy similar a la anterior, consistente en las siguientes líneas comunes: Tony Stark es un viva la virgen pero en algún momento se tranquiliza y se convierte en un McGuiver brillante que con cuatro cables te hace un aparatejo de la hostia; todo el mundo le chilla porque no atiende a la empresa, pero al final hace lo correcto; otro supercientífico histriónico le quiere amargar la vida; al final, pelea con otra súper armadura que contiene un supercientífico histriónico que le quiere amargar la vida.

Los cambios que introducen son brutalmente fallidos. Nick Furia parece Jules Winnfield de "Pulp Fiction" u Ordell Robbie de "Jackie Brown", un negro malote de los bajos fondos, en vez del consumado militar y estratega que se supone que es. La Viuda Negra es irrisoria, un personaje que no pinta absolutamente nada en la película, y cuya única finalidad es que Scarlett embuta su figura en neopreno porque está incapacitada para interpretar un personaje que correspondería a Marlene Dietrich; el personaje aparece y desaparece de escena sin que uno tenga ni puta idea de dónde ha salido o qué pretende. Ni nos importa. Micky Rourke hace un papel... raro, que uno no se atreve a calificar de bueno o malo; desconcertante, sin motivaciones claras, con unas mechas bizarras...

El personaje de Gwyneth Paltrow es odioso, una madrastra chillona que va detrás de Stark regañándole, existiendo nula química entre ellos. Su amiguito James Rhodes, el coronel, constituye otro pegote sin ningún fuste, el gran amigo del protagonista que le roba la armadura y le pega una paliza. Las escenas de acción son pocas, pobres, estúpidas en su planteamiento y mal resueltas; el ordenador canta cual Pavarotti.

Al igual que en la primera parte, lo único destacable es la actuación socarrona de Robert Downey Jr., actor muy dotado para el diálogo (me gustaría verlo en una de Woody Allen), y que por momentos da la impresión de estar riéndose de la propia película, consciente de la estupidez que representa.
KesheR
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