Me sorprendió al ver esta película dos cosas, el papelazo que hace Daniel Bruhl y el como una película se puede convertir en un gran homenaje a esos olvidados que tanto interés tienen algunos en que sean olvidados.

La crueldad también plasmada de lo que es el garrote vil y de la dureza que tiene que ser para los familiares de un condenado.

El gran fallo, grande grande, es, y no es dicho por mí, si no por los familiares y amigos de Salvador, ya que en la película se representa al carcelero como una persona amigable de Salvador, que denota empatía hacia el y, que de algún modo le trata de la mejor manera posible en sus últimos días, y los familiares y amigos siempre lo han negado, pero claro eso no "quedaría muy bien" en la pantalla.

Este comentario no es spoiler, es historia.