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Néstor Juez rating:
8
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November 12, 2017
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A las 19:00, tras la proyección de un vídeo homenaje y unas palabras de su hijo, se proyectó en la Sala 1 una de las mejores películas de Chicho Ibáñez Serrador: ¿Quién puede matar a un niño?, estrenada en 1976. Tom y Evelyn es una pareja inglesa de turistas que esperan su tercer hijo, pues ella está encinta de seis meses. Llegan a veranear a la localidad costera de Benavís durante sus fiestas estivales, y planean pasar unos días en Almanzora, una isla cercana con muy pocos habitantes. Pero cuando desembarcan en la misma, se encontrarán un pueblo inquietantemente vacío y comenzarán a asustarse al detectar una perturbadora actitud por parte de los niños de la isla.
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Spoiler:
Una película de terror que no ha envejecido nada, mantiene vigente su discurso y ya desde sus terribles créditos iniciales (con imágenes de noticiarios en el que vemos planos de las guerras más importantes del Siglo XX, dónde se constata que aquellos que más sufren con la desgracia y las miserias son los niños) es más espeluznante que cualquiera de las pelis que se han proyectado en estas salas durante la semana. Una película atmosféricamente claustrofóbica que fluye sin bajones de ritmo o tensión, que se construye en una estructura gradual creciente en desasosiego, en pos de un clímax que conforme llega a la amenaza real de los niños no decepciona, con estupendas secuencias de enfrentamiento, en un alarde más de un filme que suple con un excelente manejo del lenguaje, ritmo (pausado) y tono unos medios limitados, pero que no hacen palidecer un filme que saca un provecho sensacional de sus escenarios costumbristas. Y un ejemplo más de que el terror más efectivo es aquel que proviene de dónde menos lo esperamos: de nuestra cotidianidad, y de una figura tan inocente como la de un niño (una inmunidad, por su pureza y ternura, que se descubre como la mejor arma de esta nueva amenaza). Una película que, más allá de su cargante personaje femenino o alguna simplificación en pos del efectismo terrorífico a la hora de presentar a los críos, logra a través de un compacto metraje en el que nada sobra y todo construye transmitir una tesis espeluznante y clara ya puntuada desde su inicio, dónde escuchamos por vez primera su estupendo tema central. En definitiva, se agradece que la proyectaran, pues fue lo mejor que se pudo ver en el Proyecciones durante estos días, y permitió a servidor saborear por vez primera esta sensacional película en inmejorables condiciones.