¿Que puedo decir de una de las series de televisión más fascinantes y creativas de la historia del medio?...Cuando se estrenó esta serie en España, en aquel ya lejano 1999, yo contaba la tierna edad de trece años. Otra serie del mismo equipo comenzaba ya su imparable (y perpetuo) declive y, los seguidores de la nombrada, de cuyo nombre prefiero no acordarme, buscábamos esa causticidad e iconoclasta que en esta brillaba ya por su ausencia.

Un sábado por la mañana, tuve a bien poner la tele, y Futurama apareció ante mis ojos, mostrando un mundo fascinante, lleno de robots, alienígenas, y humanos que eran parte de un universo juguetón, iconoclasta y deslenguado, lo que los seguidores de Matt Groening estábamos buscando en aquel momento, tras la caída en desgracia del referente de dicho autor.

Futurama parodia con saña los clichés establecidos de la ciencia ficción, y los retuerce, ofreciendo un producto genial, que carece de límites y que muestra un mundo del futuro tan desagradable y descorazonador como el mundo actual, lo que le sirve de base al propio autor para parodiar nuestro mundo contemporáneo, a través de las desventuras de un grupo de singulares personajes que trabajan en una empresa de mensajería intergaláctica, con la que reparten paquetes en los confines del universo en el año 3000.

Bajo esta premisa, Matt Groening destroza los iconos de la ciencia ficción, y ofrece, de paso, una sátira sobre la sociedad actual y nuestro modo de vida, a través de la ciudad de Nueva Nueva York, una megalópolis futurista en la que conviven humanos, robots y alienigenas de diverso pelaje, y donde todo es tan desagradable y nauseabundo como en la sociedad del Siglo XX. Bajo el tamiz de su mala leche, Futurama destruye las convenciones y estereotipos de la ciencia ficción, en tono jocoso y cómico, pulverizando la clásica SCI-FI de carácter militar o bélico y hablándonos de un grupo de perdedores, gente común y corriente, (un robot, una alienígena y un veinteañero distraído) cuyos anhelos y fracasos son como cualquiera de los nuestros. Los protagonistas de Futurama no son héroes, y ni falta que les hace.

Por eso, a día de hoy, sigue siendo mi serie favorita de todos los tiempos (y la única que tengo entera en DVD). Y por eso le planto un diez, porque jamás volverá a existir nada tan original, ni tan fresco. Sed bienvenidos, siempre, al mundo del mañana.