Sosa y anodina forma de contar una historia épica de reseñable fotografía que no ha conseguido más que enfriar la temperatura de mis venas hasta el punto de rondar la somnolencia en múltiples ocasiones.
Mucho mongol por aquí, diálogos cortos y lapidarios por allá, mujer de piernas fuertes, mi hermano, tu colega, el khan, los dioses, el trueno, el monasterio y el tal Sergei Bodr"i"ov haciendo honor a su nombre.

Potente tabarra típica de la sobremesa dominguera de la que no me explico puntuación tan elevada.

Acompañada de un buen tazón de tila, podría estar nominada a ser utilizada como terapia para insomnes crónicos.

¡Mentira! las escenas de acción son igual de mediocres que el resto de la peli. El gran Khan tiene un aire con jesucristo, molaba que al final apareciese caminando sobre las aguas, con el trozo de hueso-amuleto en una mano y un polo de naranja en la otra, ganaría enteros, seguro.