Esta serie duró cuatro temporadas en TV (1982-1986), con 90 episodios siguiendo al intrépido Michael Knighte en sus aventuras; Knighte es un detective al que se cree muerto pero que ahora, con un nuevo rostro y una nueva identidad, tiene una misión encargada por la Fundación por la Ley y el Orden: luchar contra el crimen. Cuenta para ello con un coche provisto de una tecnología que lo hace súper inteligente, tanto que incluso habla y tiene su propia idiosincrasia. El sueño de cualquiera, con un coche así, casi todo está resuelto. Es K.I.T.T.

El primer director, creador y guionista de la serie fue Glen A. Larson, que supo construir unos capítulos muy amenos, emocionantes y distraídos. Excelente la música de Don Peake, Stu Phillips y William Broughton, y gran fotografía de H. John Penner. Pero es David Hasselhoff, un actor, productor y músico estadounidense, quien dota de atractivo al personaje que le queda que ni pintiparado. Le acompaña de manera excelente el veterano actor en su momento Edward Mulhare, a quien bien se le podía confundir con Michael Caine.

En fin fue una serie de gran fama, para muchos inolvidable, el coche más chulo y listo jamás visto, ¡quién tuviera uno así! El argumento era deficitario pero los protagonistas y el megacoche compensaban sobradamente esas y otras deficiencias. Creo, que “El coche fantástico” más que nada era una gran idea, una fábula, una fantasía divertida. El resto: ¡qué más daba! Con escuchar hablar y actuar a KITT y Michael ya era suficiente. “¡Kitt, ven a buscarme, te necesito!”.