Hace tiempo que dejé de ver western porque me parecía un género anquilosado.
A falta de otra cosa, comencé a ver esta película. Y me enganchó. Sobre todo, no tanto el personaje de Russell Crowe sino el que borda maravillosamente Christian Bale. Da igual que sea una peli del Oeste; aquí lo que hay es una personalidad compleja, un padre desesperado, un hombre profundo.
El argumento es sencillo pero supone ya de por sí una línea de intriga: ¿conseguirá Dan llevar al bandido al tren que lo conducirá a la cárcel?
Luego, mucho tiro, muchos muertos, quizá demasiados.
Otro valor de esta película son los diálogos, sin retóricas típicas o tópicas de este género. Y el director sabe llevar todo con ritmo, sin agobios pero sin descanso.
Quienes amen especialmente el western no pueden perdérsela. Y quienes no, que prueben.
Cuando se hace buen cine da igual el género.