Hayao Miyazaki y Studio Ghibli han vuelto a crear una maravillosa obra de arte atemporal a través de la mezcla del increíble dibujo tradicional que les caracteriza, con una pizca de efectos digitales perfectamente integrados, además de un detalle visual y sonoro minucioso y calculado al milímetro. Todo ello dentro de una historia que, aunque sea confusa, es profundamente filosófica y espiritual. Además nos dejan totalmente libres para interpretarla como queramos, creando muchos caminos donde perdernos para después meditar, pensar y reflexionar.

Vemos durante todo el largometraje como tratan de hacernos saber el significado de la vida, la muerte, la estructura social, lo corriente, lo diferente, la herencia que dejaremos en el mundo, la naturaleza, la venganza, el perdón, el bien, el mal, la luz, la oscuridad, lo finito, lo infinito, lo terrenal, lo divino, el orden, el caos, la elección, el miedo, la duda, la ignorancia, la curiosidad del saber, la sabiduria, la paz, la guerra o las consecuencias de los actos colectivos e individuales entre otras muchas cosas más.

En todo su conjunto sinceramente El Chico y la Garza me parece una de las mejores películas de animación de toda la historia. Agradezco a Hayao Miyazaki y a Studio Ghibli el haber podido disfrutar de este majestuoso viaje perdiéndome entre sus puertas y el que nos hayan abierto todos estos mundos que nos han enseñado y regalado.

¡Saludos!