La película se hizo en el año 1960, estamos en el otoño del 2023, es decir, 63 años más tarde y resulta que la historia podría haberse haberse proyectado ayer y pensar que es un documental de la situación actual en aquellas tierras. Películas como ésta demuestran que el aprendizaje y raciocinio de la raza humana es prácticamente nulo. Llevamos toda la vida con este mismo tema y unos que si los árabes, otros que sí los judíos y que si son galgos o podencos. En fin, el ser humano es lo que tiene. Ni se me ocurrirá hablar a mí en términos maniqueos pueriles de quienes buscan en toda historia discernir entre cuáles son los buenos y los malos.