“Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”. Al igual que un cuento. Así comienza 'La guerra de las galaxias' –reeditada en 1981 como 'Star Wars. Episodio IV: Una nueva esperanza'–, una película que cambió para siempre la historia del cine. Esta "space opera" creó un nuevo modelo de negocio en torno al "merchandising".

Inspirado por el filme de Akira Kurosawa 'La fortaleza escondida' (1958), y por seriales de acción en el espacio como 'Flash Gordon', Lucas, un director perteneciente a la generación de cineastas imaginativos surgidos a principios de los años 70, logró crear una aventura épica a través de una sencilla historia centrada en la eterna lucha entre el bien y el mal.

La trama, ambientada en un escenario sofocleo, está repleta de mitología y de grandiosos personajes donde podemos destacar la trágica y majestuosa figura de Darth Vader, el villano principal. En una época en la que aún no se solía usar ningún tipo croma verde, el trabajo artesanal de Industrial Light & Magic logró crear unos efectos especiales revolucionarios.

'La guerra de las galaxias' es puro corazón. Lo podemos percibir desde el "opening crowl", a través del logo de Star Wars y esas oraciones deslizándose hacia atrás en el espacio profundo, todo ello acompañado de la vibrante y maravillosa banda sonora de John Williams. Un éxito de la imaginación convertido en hito de la cultura pop.