Son tres horas de un film emocionalmente arrollador dividido en tres partes: La ocupación alemana de Yugoslavia, la guerra fría, y las guerras balcánicas.

Es un drama bélico envuelto en un triángulo amoroso.
Marko y "Blacky", dos amigos aparentemente fieles e inseparables, y Natalia, sensual en cada uno de sus movimientos, tan hermosa como oportunista.
A los tres de a momentos los queres y los odias. Los aprobas y los aborreces.

Quizás al que el espectador le sea más fiel es a Iván, hermano de Marko, y a su compañero Soni, un mono que rescata del zoológico tras los primeros bombardeos de los alemanes.
Entre ellos dos se da quizás la escena más emocionante, es un momento sencillamente sublime.


Es una historia triste pero a la vez alegre, un drama que se convierte de a ratos en comedia.
Es una historia dura. Difícil. Seguimos durante tres horas los desgraciados destinos de generaciones que vivieron intentando sobrevivir a la guerra.
Hay vidas que se van y hay vidas que llegan, hay amor y hay traición, hay mucho dolor pero también hay risas, y hay perdón. Y hay una orquesta que nos acompaña todo el trayecto, como si fuera la banda de sonido de nuestras vidas.


Sí, la película es extensa, pero no aburre nunca, aunque muchas veces puedas decir 'bueno acá termina, este podria ser un buen final' pero no, sigue y hay más, siempre hay más, porque estas historias no tienen fin.