Muchos años después de su estreno y con unas cuantas revisiones (4 o 5 de la versión para los cines, un par de la del director) más diversas reescrituras de las críticas, mi sensación de "El Reino de los Cielos" es la del título: reconozco que la versión extendida es muy interesante, aporta muchos más matices y es más profunda, pero la película sigue estando lastrada por un desarrollo desigual, por ciertas actuaciones lamentables (lo de Orlando Bloom no hay por dónde cogerlo, cómo hubiera ganado el film si el protagonista hubiera sido Liam Neeson), por un esteticismo cargante y por una imagen muy, muy parcial de las Cruzadas, demasiado benévolas y tergiversadoras con el Islam y con interpretaciones excesivamente actuales de lo que fue la historia y es el pasado.

Entonces me digo: si en "Gladiator" dejo al lado mi profesión de historiador y me centro en el espectáculo ¿por qué aquí soy más quisquilloso? Supongo que porque la película ambientada en la Antigua Roma es más redonda cinematográficamente hablando, aparte de que no hacen tantos paralelismos tan obvios entre el pasado y el presente (uno de los temas habituales de Scott).

Los personajes buenos son, o los árabes al 98%, o los escasos cristianos que actúan como los de nuestro tiempo (como el Tiberias de Jeremy Irons o el rey Balduino); por contra, el resto de cristianos, con un pensamiento mucho más acorde al Medievo, son malvados, intolerantes y desquiciados, especialmente los templarios, de quienes se hace un retrato bochornoso. Con un planteamiento así cuesta tomarse en serio la película.
Como tampoco puede uno tomarse en serio a Eva Green, en un papel muy habitual suyo en Hollywood, el de libertina que va de trascendental con toques feministas, aquí con mucho incienso entre azulejos andalusíes.

Lo mejor sin duda es la belleza de numerosas imágenes, el diseño de producción, la banda sonora de Gregson-Williams, hermosos enclaves españoles como la oscense Loarre o la catedral de Ávila, y algunas actuaciones del reparto (Neeson, Thewlis, Massoud, Norton); lo peor, todo lo demás. Sigue faltando una gran película sobre las Cruzadas medievales.