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Spain Spain · Pamplona
Edgar rating:
3
Drama After Daniel and Miyagi defeats the Cobra Kais, and after Miyagi humiliates their master, Kreese. All of his students desert him and he hasn't had any new ones. Kreese decides to close the dojo, he then goes to to his friend, Terry, who is also the dojo's owner, to turn the keys, and announces that he is leaving town. Terry decides to send him on a vacation and before he leaves, he tells Kreese that he is going to get Daniel and Miyagi. ... [+]
Language of the review:
  • es
May 11, 2009
31 of 50 users found this review helpful
John G. Avildsen decidió exprimir al máximo el éxito cosechado por Karate Kid con esta tercera parte, la cual directamente no aporta absolutamente nada, ni a la historia, ni al género.

Es increíble que una saga basada en el karate, tan mal coreografiada, alcanzase tanta repercusión. Lo normal es que en las películas de artes marciales (independientemente de la modalidad que se practique) el protagonista sea todo un especialista: Bruce Lee, Steven Seagal, Jet Li, Wesley Snipes, Chuck Norris o Jason Statham serían ejemplos de buenos protagonistas para este tipo de películas, pero ¿Ralph Macchio? Creo que juntando los tres filmes no encontramos una buena patada dada por este muchacho.

La primera parte tuvo su gracia por aquello de que un niño, perseguido por los matones de turno, acabe sobreponiéndose a su miedo y plantándoles cara. Además tenía su gracia la extraña pareja formada por un nervioso adolescente y un experimentado maestro de karate de Okinawa. En la segunda (que ya para mí sobraba) se trata de profundizar en la vida del anciano profesor Miyagi, ambientando la acción en su localidad natal. Pero, esta tercera, ¿a qué viene? No es más que algo totalmente repetitivo, como si la segunda parte no hubiera existido, enlazando la historia con el final del filme original.

Los personajes no sufren ninguna evolución (en tres películas en alumno de Miyagi todavía ha sido incapaz de aprender nada de disciplina, continuando como un manojo de nervios todo el rato), el relato es un calco de la primera y en los combates se nota demasiado que Avildsen fue el director de Rocky, no por la espectacularidad (todo el filme adolece de ella) sino por los giros imposibles que toman.

Karate Kid fue una película que, como ya he dicho, tuvo su gracia. ¡Qué pena que no lo hubieran dejado ahí!
Edgar
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