Parece que Jacques Clouseau se redime de sus padecimientos de la primera entrega y ahora Blake Edwards lo pone como protagonista absoluto en esta segunda que puede considerarse una película independiente de «La pantera rosa». De hecho, ni pantera, ni rosa, ni nada. Mejor.

Un crimen en una gran mansión de un multimillonario será el desencadenante para una investigación en París a cargo del patoso Clouseau, de quien he de decir que no es tan tonto como sus meteduras de pata podrían hacernos creer. Él mismo afirma que se guía por intuición, y quizá esta vez, sólo quizá, esa intuición, también llamada suerte, le haga salir bien librado de un asunto donde los muertos van cayendo inesperadamente. Sellers está muy gracioso, en especial cuando se ve metido en situaciones de las que yo tampoco sabría salir, como en su fabulosa partida de billar con un taco imposible. Sus compañeros de reparto ayudan en gran medida al humor, aunque sea muy negro, destacando entre todos ellos al superior de policía Dreyfus (Herbert Lom), quien pierde la cabeza por completo. Ya lo veréis, ya.

Con una trama más interesante, mayor ritmo y un sentido del humor más acentuado, «El nuevo caso del inspector Clouseau» logra resolver el aburrimiento.