Click here to copy URL
Marty Maher rating:
6
Drama Paterson (Adam Driver) is a bus driver in the city of Paterson, New Jersey - they share the name. Every day, Paterson adheres to a simple routine: he drives his daily route, observing the city as it drifts across his windshield and overhearing fragments of conversation swirling around him; he writes poetry into a notebook; he walks his dog; he stops in a bar and drinks exactly one beer. He goes home to his wife, Laura (Golshifteh ... [+]
Language of the review:
  • es
December 5, 2016
8 of 14 users found this review helpful
Si no conociéramos medianamente bien a Jim Jarmusch, sin duda la figura más relevante del cine independiente estadounidense desde John Cassavetes, pensaríamos que Paterson surge como respuesta a las críticas recibidas por Solo los amantes sobreviven, que en muchos casos fue calificada de pretenciosa, pedante y elitista. Paterson, el conductor de autobuses que en su tiempo libre escribe poesía pero no quiere publicar el material que almacena en su pequeño cuaderno de notas, es el protagonista absoluto del film al que da nombre (o al que da nombre la ciudad que le da nombre a él, qué más da); su personalidad, humilde y reservada, sirve de contrapunto a la de los vampiros de su anterior película, en la que unos cuantos extrapolaron la naturaleza de los personajes al discurso de la obra y a la persona del propio Jarmusch. Sin embargo, todo es tan natural en su nuevo trabajo, tan rico y repleto de matices en su pretendida -y por ello extraordinaria- apariencia de simplicidad, que nadie se creería jamás que ha nacido como respuesta a cualquier cosa. Esta pequeña maravilla surge, por encima de todo, como una búsqueda de poesía, vida y cine entre las pequeñas cosas, entre lo mundano y aparentemente banal, intrascendente e inocuo.

Jarmusch elige una estructura cíclica para narrar, o más bien plasmar en imágenes (como si el universo fuera real y no diegético), la rutinaria aunque idílica existencia de la persona más entrañable del mundo, que forma, junto con su mujer Laura -llamada así en honor a Petrarca-, una de las parejas más perfectas de todas las ficciones. Todas las mañanas durante los siete días de una semana cualquiera, el director filma a través de un plano cenital el despertar de Paterson, que, abrazado a su musa, le da un beso de buenos días y se levanta de la cama para afrontar una nueva jornada laboral. Una vez concluido el primer día de la semana, asistiremos a la repetición con muy pocas variaciones de unos momentos en los que, aunque similares o idénticos a otros vividos con anterioridad, nuestro conductor poeta consigue encontrar la belleza de lo efímero. Paterson, uno de los pocos supervivientes de la era Whatsapp, va de su casa al trabajo, del trabajo a casa y de ésta a pasear a su perro Marvin cuando llega la noche, momento en el que aprovecha para tomarse una cerveza en el mismo bar de siempre. La repetición se presenta como un ingrediente fundamental de la narración, estando representada, además de por la propia linealidad secuencial, por los gemelos que se le aparecen al protagonista durante toda la película, como un trasunto de sus miedos que, afortunadamente (y gracias a su manera de disfrutar de la vida), deviene en elemento cómico.

La falta de rima en los versos de la niña poeta que le recita uno de sus poemas a Paterson en un momento de la película, apela a la rima visual que se establece a través de la repetición, de las salidas oníricas que son representadas mediante bellísimos planos sobreexpuestos en los que convive la influencia de William Carlos Williams con los versos de Ron Padgett. El lirismo que desprende la conjunción de poemas, imágenes y música, tan mágico como arrebatador, convierte a la obra en una película-poema, un canto a la búsqueda de la trascendencia de nuestra propia cotidianidad, alcanzable con una improbable sencillez: únicamente se necesita aprender a mirar de otra manera, a convertir una caja de cerillas (o cualquiera otro objeto en apariencia insignificante) en un vehículo de evasión e inspiración. Aunque lo fácil y previsible era caer en el retrato del hastío existencial del ciudadano medio americano, Jarmusch subvierte el modo de entender esas mismas circunstancias, echando abajo cualquier expectativa y haciendo de ésta una película decididamente única. La poesía, presente en toda la filmografía del cineasta en mayor o menor medida, se adueña de una de las obras más bellas y trascendentes del nuevo siglo.

PD: La crítica continúa en spoiler sin spoilers
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Marty Maher
Did you find this review interesting and/or helpful?
arrow