Año 1971. Si nos paramos a pensar un momento, en aquella época no había grandes y costosos efectos especiales hechos por ordenador, ni imágenes en 3D. Sin embargo, nos encontramos con una película que, a pesar del año en la que está rodada, 1971, supera con creces a muchas películas actuales, llenas de explosiones capaces de destruir un planeta, pechugonas con diálogos pobres o cachas con cerebro de mosquito. Y se preguntarán: ¿cuál es el secreto?. El guión. Un buen guión. Esta película cuenta una historia que se asemeja mas a la realidad que a la ficción. No precisa de muchos elementos, con un coche, una carretera sin fin; como las que hay en el Gran Cañón del Colorado, y un maníaco sin rostro en un camión y tenemos montado el espectáculo lleno de suspense y emoción.

Cuanto mas avanza la historia y conoces a su protagonista, mas atrapado te quedas al sillón. Si es que no falla. En este tipo de films poco importan los efectos especiales, las tías buenas o las super imágenes en 3D, como la película tenga un buen guión ya se te olvida todos los demás adornos tan propios del siglo XXI. En esta cinta, Steven Spielberg sabe crear la tensión perfecta, combinada con un poco de humor negro y mala leche.

"El diablo sobre ruedas" me recuerda mucho a la peli de Tarantino: "Death Proof", con una temática más ácida, llena de violencia extrema, pechugonas y alcohol a raudales. Sin embargo, "el diablo sobre ruedas" es una película mucho mas madura. Centrada en crear desazón al espectador y vaya si lo consigue.