Esa es la frase que escuché decir a un caballero al salir de la proyección de la nueva obra de Kitano. Para que se hagan una idea del nivel de surrealismo delirante alcanza Glory to the Filmmaker!. A partir del tema central, la crisis creativa de un director maduro (el propio Kitano), se realiza un experimento visual basado en una especie de sketches (sin duda referencia a los orígenes de Takeshi, pues en Japón es muy conocido, pero no por ser director de cine sino por ser cómico), más o menos graciosos, en los que se abordan diferentes géneros cinematográficos tocados por Kitano a lo largo de su carrera. Mucho más graciosa que la anterior Takeshis (muy criticada y que a mi me parece muy correcta e innovadora), a la vez también resulta más superficial, y en ocasiones parece naufragar sin un rumbo claro.